The Beginning

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-Allá voy- Gritó

Mi corazón comenzó a acelerarse al oír sus pasos acercarse, mi respiración era irregular, mire a mi lado y ahí estaba él con una sonrisa divertida, mirando detenidamente por los agujeros del ropero, asegurándose de que Soo no nos encontrara. Comenzamos a oír un ruido, alguien entraba nuestra casa, mi corazón se acelero aún más cuando oí un grito de la niñera, Myeon miró asustado hacia la puerta, de pronto un ruido fuerte se escuchó y unos hombres vestidos de negro derribaron la puerta del cuarto en donde nos encontrábamos escondidos, Soo miró asustado a aquellos hombres, iba a salir para que no le hicieran daño a mi hermano, pero Myeon me detuvo y me hizo una señal para que mantuviera silencio, el hombre miro a mi hermano, saco un arma de su espalda, la apunto hacia él y...
-¡No! - grite y desperté de golpe, mi cuerpo estaba todo sudado, mi respiración era muy acelerada y lágrimas caían por mi rostro- Fue solo una pesadilla, tranquilízate- Salí de mi habitación y fui a la cocina por un vaso de agua- Ya había pasado una semana sin mi hermano y mis pesadillas habían aumentado, él era la única persona capaz de calmarlas- volví a mi habitación con el vaso en la mano y lo coloque en la mesa de noche, me recosté en la cama, y tomé mi celular para mirar la hora- ¿cinco de la mañana?, tiene que ser broma, hace años no madrugaba- me acomode entre las sabanas e intente dormir.

Estuve por una hora mirando el techo, intentando dormir sin éxito, así que me di por vencida y me levante, me vestí con un estilo deportivo y Salí a correr, al volver tome una ducha y me vestí, fui por algo de comer a la cocina, mi unnie ya me tenía el desayuno preparado.

-Buenos días unnie- Me senté a desayunar. 

-Buenos días linda ¿Cómo dormiste? – Sonrió.

-No muy bien, ya sabes desde que Oppa se fue no he podido dejar de tener esas horribles pesadillas 

-¿Han vuelto? Oh mi pobre niña, deberías hablar con tu madre para que te agende una cita con la terapeuta- dijo con mucha preocupación

-No, está bien, no lo necesito solo esperare a que se pase y si persisten por mucho tiempo entonces será un hecho lo de la cita con la terapeuta- Le sonreí y comencé a desayunar.

Mientras desayunaba mire mi teléfono, eran las nueve de la madrugada aun, lo apague y lo deje en la mesa para terminar de comer. Estaba sumergida en mis pensamientos cuando escucho que alguien toca el timbre, como ya había acabado mi desayuno me levante de la mesa y me dirigí a ver quien tocaba al timbre, encendí la cámara que daba hacia afuera de mi casa, para ver quien era, al verla me alegre al instante, sonreí y presione el botón para hablarle por el parlante del timbre.

-Hola, ¿Qué haces por aquí a esta hora? 

-Te avise ayer que iba a venir temprano hoy- sonrió- abre rápido hace frio aquí afuera- se quejo y puso cara de perrito a la cámara

-Ya voy- solté el botón del micrófono y presione el que abría la reja, Ro camino muy rápido por todo el patio delantero hasta llegar a la puerta, la abrió y entro. 

Se acerco a mi me abrazo y me susurro con un tono muy bajito 

-Tengo frió unnie - Lo cual me causo mucha gracia, le devolví el abrazo.

-Yo no- se alejo y me miro por un rato con cara de algo extraño esta sucediendo. 

-¿Que haces despierta a estas horas?- me miro un tanto sorprendida- ¿Pesadillas de nuevo?

-Acertaste, ahora que oppa ya no esta mas no se que hacer para no soñar siempre lo mismo, es siempre el mismo hecho, el día en que nuestro hermano mayor murió, de verdad que es lo peor. 

-Esta bien- me miro comprensiva- todo se solucionara, quizás en unos días esos sueños mas bien pesadillas se vallan- sonrió- ahora debes hacer algo para distraerte y no pensar mas en eso, justo por ese motivo acabo de tener una idea genial

BeautifulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora