Esa horrible mañana

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James caminaba con desgane por los adoquines de la localidad, la tristeza se cernía sobre el como una nube oscura, fundiéndose con el gris cielo que ese día adornaba el pueblo amenazando con dejar caer una tormenta sobre los habitantes.

Siguió su caminar lento sin intención de acelerar o apurarse por la lluvia, el peso que cargaba podía más que cualquier preocupación trivial, sentía que la vida no tenía sentido, se preguntaba como las cosas pueden cambiar de manera tan drástica de un día para otro, ayer todo en su mundo estaba en orden y hoy todo se desmoronaba en pedazos, y todo dentro de él se quebraba.

Ayer ella le sonreía con cariño, ayer ella le sostenía la mano con amor, ayer ella le preguntaba cómo le habia ido en el trabajo, ayer ella lo abrazaba con fuerza, ayer su hermanita aún estaba con él, y esta trágica mañana ella se habia ido, esta mañana se habia despedido de él, esta mañana aun le habia sonreído, esta mañana se habia ido, esta mañana tomo otro camino a la escuela, uno que nunca habia tomado, esta mañana creyó que era buena idea ir por el boscoso parque, no fue culpa de ella, no es como si ella hubiera querido que encontraran su cuerpo en el afluente del bosque, su hermanita no se quería ir, no debió dejarla ir sola, esta mañana debió ir con ella, debió evitarlo, James y Rebeca siempre fueron cercanos, ella era su sostén, él se mantenía limpio por ella, James habia tenido problemas muy graves de adicción a distintas y variantes sustancias, pero fue su hermana quien lo habia hecho recapacitar, aunque el mundo lo olvidara ella siempre estuvo para él, no podía aceptar que su risueña hermanita ya no estuviera, era algo con lo que no quería lidiar, aun se negaba a creerlo, aun creía que era una pesadilla. En la tarde cuando supo la noticia entro en shock, todo se volvió borroso, el tiempo empezó a correr lento, dejo de escuchar todo a su alrededor, dejo de oír a su madre llorar, no presto atención a su padre desmoronándose en el sofá, maldiciendo al mundo, sus pies se movieron solos, no supo cómo sorteo a los policías que se encontraban en su entrada, no escucho los gritos de su madre, su nombre sonaba lejano en sus oídos, no supo ni qué dirección tomo, solo recuerda que salió casi corriendo y fue perdiendo velocidad con el caminar.

Cuando James regreso en si se dio cuenta de que habia tomado el camino del parque, el mismo que su hermana habia tomado esa mañana, camino con dirección al afluente, algo lo tiraba en dirección a ese horrible lugar, detuvo sus paso a unos metros de aquel rio, lo suficiente cerca como para vislumbrar aquel cauce natural que le habia traído tanto dolor, y entonces la vio, una mujer cubierta con un vestido negro tan largo que lo arrastraba por la hierba, su rojo cabello caía con gracia unos pocos centímetros debajo de su cintura, caminaba lento y cansado alrededor del rio, como si buscara algo, ¿Quién era esa mujer?.

-Disculpe, ¿señorita, que busca?- James no tenía ánimos de conversar con nadie, pero esa mujer desprendía una extraña aura, que lo perturbaba y atraía en cantidades iguales. La mujer se volteó hacia el joven, su piel era tan pálida que parecía traslucida, y para terminar todo su aspecto, en su rostro se hundían unos penetrantes ojos verdes, a James le pareció hermosa, pero se sentía extraño al mirarla, esa mujer parecía estar ahí, y al mismo tiempo parecía ausente.- Me llamo Natasha, perdí a mi hija pequeña- la mujer hablo tan planamente que James creyó que no hablaba enserio, sin embargo, él podía ver, la tristeza de la joven madre estaba en su ojos.- ¿Cómo es su hija?, ¿desea que informe a un policía?.

-No es necesario, ¿me ayudarías a buscarla?, no hace mucho que se perdió en esta área- la mujer se acercó al azabache, tomo entre sus manos la mano de James, el sintió un escalofrió recorrerle toda la columna, la mujer estaba helada, era un frio que calaba en la piel, lo que contrastaba con la triste mirada de la mujer que parecía tan cálida, no supo porque, pero acepto a ayudar a buscar a la niña, anduvo con la mujer por la orilla del parque gritando el nombre de la niña, al parecer la pequeña se llamaba Yelena, y apenas tenía 6 años, a la joven mujer se le habia soltado de las manos y habia corrido por el bosque hasta perderse, la mujer la siguió y perdió su rastro a la orillas del cauce, cuando cayó en cuenta, deseo que el destino no fuera tan cruel, causar dos tragedias en un mismo lugar y mismo día, era un terrible malestar, esperaba encontrar a la pequeña a salvo, no quería repetir la mañana.

La misteriosa mujer- BuckyNatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora