Dos bandos

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Me duele tanto la cabeza, no quiero abrir los ojos, sólo quiero dormir, pero no puedo.

Abrí poco a poco los ojos, la luz blanca hizo que me desorientara, estaba en una habitación blanca, un sillón de cuero se encontraba junto a la cama donde estaba colocada, y una máquina que hacía un pitido constante. Sé donde estoy, ya que la bata blanca que llevaba puesta era clásica de un hospital. De repente me vino a mi mente el recuerdo de un sueño escalofriante, la máquina hizo que el ritmo de los pitidos aumentará y con ello mi respiración, empezé a ponerme nerviosa, sólo quería que parará la máquina y sólo subia el ritmo. Empezé a gritar sólo se me venía el recuerdo del sueño.

De repente entró. un médico muy joven, me agarraba de la mano muestras decía:

-Tranquila, respira con migo, no pasa nada, relájate.

Empezé a relajarme, cerré los ojos y sólo pensaba que estaba segura, mi mente me repetía "No pasa nada, relájate". El médico vio que me relaje, y salió sin decir una palabra. Me quedé sola en aquella habitación, me senté de una forma más cómoda, y por mi mente pasó todo lo que me había ocurrido en aquella casa, era esa maldita casa lo que me tenía loca. La caja, las criadas... todo me volvía loca, dolo en recordar ese sueño, parecía tan real, y ese ser tan demoníaco.

De repente entró mi madre en la habitación:

-Hola pequeña, ¿Cómo estás?

-Bien mama, ¿Por qué exactamente estoy aquí?

-Ayer no se que te pasó, que empezaste a gritar como una loca, tu padre de sentía indefenso ante esa situación, y creímos que estar aquí era mejor, ya que te tienen observada y ellos sabrán que hacer

-Mamá estoy bien, sólo quiero irme a casa, este lugar me transmite, como decirlo, inseguridad

-Aquí no te pasará nada, ya lo verás, todo va a salir bien

-Mamá, ¿y papá?

-Esta trabajando, no puede faltar más días, ya que se juega que le despidan

-Claro lo entendio, si hablas con él dile que no pasa nada

-Claro, descansa cariño

Me dio un beso en la frente y salió de la sala. Me quedé un rato pensando, no he escuchado más esa voz, ¿fuera de la casa estaría a salvo? Asín que todo lo qir tenía que hacer era salir de la casa, pero, ¿Cómo lo co seguiría? Sería difícil, ya que mi madre adora esa casa, y echarla de ella no podría, a no ser, que me vuelva “loca" que no paren mis ataques. NO, por favor no aría eso aver si le hago pasar un mal rato a mi madre. Sólo debo acarrear con las consecuencias.

                                  ‡

Pasé en el hospital una semana, ni un día más, ni un día menos.

Llegue a casa todo estaba exactamente igual, nada había cambiado. Mi padre sólo me fue a ver al hospital un día, y resultó qir estaba en tratamiento, y no pude verle. Cuando llegue no estaba allí, me decepcionó un poco, pero creo que lo podré superar, estaba acostumbrada a que mi padre nunca estuviera cuando lo necesitaba, mi graduación, las audiciones del colegio, asín podría hacer una lista infinita.

Subí a mi cuarto, me tumbe en la cama, y dije:

-¿Qué tal? Ya he vuelto, ¿me echabas de menos? Yo a ti no sabes

“Menos mal, porque yo a ti tampoco"- Me susurro esa voz al oído

-Me alegra saberlo, ¿Ha pasado algo nuevo por aquí?

“Sí, una de las criadas vino a buscar la caja, saben que tu sabes que es, y no descansarán hasta encontrarla "

-Será fácil, tu la guardas y asín estará segura

No Mires Al Más Allá (Pausa hasta nuevo aviso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora