Prologo

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Esta historia empieza en realidad antes del nacimiento de la protagonista en cuestión, cuando su padre abandonó a su madre cuando esta le dijo que estaba embarazada. El  padre, ciego de rábia, ante las consequéncias de lo que, para el, había sido un lío de un noche, secuestró a la mujer y la abandonó en medio del bosque ya que, al tratarse de un hombre adinerado con una família perfecta ante los ojos de la sociedad, no podía permitir que se supiera jamás tal controversia.
Así fué, la mujer de nombre Anna pasó todo su embarazo en medio del bosque en precarias condiciones. Lo único que la mantenía con vida y esperanza era el poder ver el rostro del bebé que tan caro le había costado.
Casi al finalizar el noveno mes Anna dió a luz, recostada sobre el tronco de un sauce llorón en  un claro del bosque, sus gritos de desgarrador dolor se filtraban por la espesura de las ramas haciendo que los pájaros volasen de los árboles. Tras una hora aproximadamente nació la pequeña de rostro ensangrentado pero pálido como los rayos de la luna llena que, en ese momento iluminaban el lugar, sus ojos negros como el carbón  desprendían fuerza, algo que a Anna le desaparecia por momentos. En uno de sus últimos suspiros vió como una silueta de animal aparecía entre el follaje, solo cuando estuvo a un par de metros lo reconoció como un enorme lobo negro(foto) que se acostó pacificamente delante de ella. Anna le miró a los ojos, estos transmitían pena y dolor como si el lobo pudiera comprender perfectamente la escena. Anna tosió un par de veces escupiendo sangre en el acto y respiró agitandamente mientras decía sus ultimas palabras:
"Porfavor, cuida de ella".

Aullando a la luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora