Cronicas;Un cuento de barrio.EL rebusque,son situaciones anexas al desplazamiento y la falta de empleos,

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EL REBUSQUE, DEL JARILLON, UN CUENTO DE BARRIO; capitulo 1

El jarillon un dique que bordea el rio cauca en Santiago de Cali. Dónde Invasores de estos terrenos construyeron pequeñas viviendas de guadua latas y ladrillo, para los desplazados, Emigrantes, campesinos y desmovilizados, Ellos conforman un núcleo de habitantes de diferentes etnias, con imaginación sorprendente para todo negocio y propuestas de todo tipo; Maicol Jefferson, un negro delgado ojos grandes labios gruesos de caminar como gacela, un poco agachado mirando siempre la oportunidad de agarrar algo, mari guanero y atracador, en ocasiones aligera el paso, faltando pocos metros estira la mano, con ella estirada llega a la panadería agarra pan o pastel y continua trotando como atleta de olimpiadas. Disfrutando de su buen logro, se encuentra con Richard, otro negrito, alto y acuerpado, dice que su cuerpo es así, gracias a sus pesas de cemento, que el fabrico con tarros de pintura y un palo de escoba Es trabajador repellado pega ladrillo, todo un camellador; He inicia su dialogo, Que bacán porque esa violencia? Que va parce , estoy puto y verraco ,ve mira te cuento, sabes ayer me robe estas zapatillas nuevas, llave, se las quite a una pinta que me dio papaya, y tuquituqui lulu?. Y las cague con mierda de perro; Sabes es que la gente, no tiene cultura, los saca a cagar a los andenes o las zonas verdes. Y van a ver cuando pille un chandoso cagando, suncho venteado. Fresco pinta, sabes yo siempre las estoy pisando, y lo mas verraco, es que me doy cuenta, cuando tengo las Niké debajo de la cama ..Jefferson, nos pillamos;…

Capitulo 2. Cerca de donde estaban charlando; Esta la panadería; donde Trabaja el costeño. Andrés el panadero ,moreno de pelo prieto y pecho ancho, bien parado dicen las sardinas, chicas del barrio que lo persiguen, y hasta peleas tienen, por tratar de conquistarlo; Alegre, como todos los de su región , vallenato viene, vallenato va, de hablado rápido y jocoso, comenta; Aja, eche,! yo hago las mejores galletas y el mejor pan hawaiano del barrio. Y qué decir de los borrachos, aja! les doy sabor a punta de vainilla, y algo de chocolate,; Mi, secreto ,canela, no joda ¡.Este costeño imprime alegría; El otro, mayor, serio cuarentón, casado con tres hijos, tiene su casa en el jarillon. Donde el rio cauca forma una gran curva que le preocupa cuando llueve mucho; Conocedor de su oficio, también hace maravillas, mil hojas, el mejor tostado, donas y galletas; Según lo dice el mono, dueño de la panadería del barrio. Él desplazado del campo, cuenta, estoy trabajando desde los catorce años, y vendí papa en la galería, repare bicicletas, vendí cacharro en el andén, de los pueblos, y por ultimo trabaje gratis en una panadería. Donde aprendí hacer el mejor tostado, y buñuelos, su pequeño hijo, un niño especial, permanece sentado en una silla de ruedas, y el amor de este padre, que todas las tardes saca el tiempo para jugar a la pelota, el a poca distancia, arroja la pelota, y el niño con lentitud la devuelve; Comenta! cuanto no deseo

hacerlo en un parque, jugar con él, cómo niño normal; Doy gracias a Dios, pues tengo un buen negocio y sonriendo y igual que su pequeño, dice, soy muy feliz;!

Ca p i t u l o 3 doña Priscila la abuela de noventa años, todas las mañana compra el tostado para su desayuno; Y camina todas las tardes, el médico le dijo que camine todo lo que pueda!; Católica profundamente católica, apostólica y romana, no falta a misa de seis, solo, algunas veces, cuando está enferma ,por las piernas que permanecen con pequeñas llagas varicosas, y en ocasiones sin importarle el dolor asiste;! Cuenta!, trabaje durante dieciocho años, planchando y lavando, y después tuve que aprender a cocinar; Las empleadas de la cocina en ocasiones me negaban el alimento a mi hijo. Entonces compre libros de cocina, y busque empleo como cocinera, y así tenía asegurado el alimento a mi hijo; Priscila, una mujer delgada bajita camina con dificultad, debido a sus ulceras varicosas. Sin embargo se le ve cargando las bolsas del mercado todos los domingos, único día que no cocina, en la semana permanece ocupada con sus periquitos y sus dos gatos, domingo, y luna, gatos que recogió años antes; El gato domingo, permanece durmiendo en una silla de madera que compro por tres pesos hace mucho tiempo, y la gata luna chupando la tetilla de domingo. Aparté de, que todas las noches, cuando regresa de misa, le da comida a un perro callejero del barrio, que siempre la espera. Salta de alegría, y el perro viendo la dificultad para levantar el pierna, trata de ayudar a subir el andén, y ella lo grita! dice que con esa ayuda la puede tumbar lo que el perro muy entendido se retira;

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