Prólogo

43 2 0
                                    

Hola buenas, vuelvo de estar mucho tiempo desaparecida, iré subiendo los capítulos a medida que los vaya terminando que normalmente serán los fines de semana, puesto que voy en serio con ello e intento corregirlo y escribirlo bien. Muchas gracias y comentar cualquier cosa que no entendáis además de votar. Un saludo muy fuerte y besos.


Acurrucada en la cama Eileen solo podía pensar en que saliese todo bien en la fiesta de cumpleaños de mañana. Para ella era importante, no estaría sola, como de costumbre en su casa.

En su mente fluía la idea de desaparecer por un momento y sentirse libre. Cerró los ojos y empezó a pensar como sería vivir en otro lugar, en otro sitio rodeada de naturaleza, animales, seres mitológicos y sobre todo sin seres humanos. Pensaba en los humanos como algo ajena a ella, como si en el fondo supiera que su alma además de humana estuviera unida a algo más. A algo desconocido, pero a la vez poderoso, fuerte, que la hacía superior al resto de las personas.

De repente oyó un ruido seco muy cerca de dónde estaba y abrió los ojos; allí estaba en medio de un prado, con la brisa acariciando la piel, sintiendo los colores de la luz del sol, oliendo el olor fresco del rocío, y saboreando el silencio de la naturaleza. El aire enredaba sus cabellos, refrescaba su mente, se comunicaba con ella. Sintió una caricia, una mano, una sonrisa, una llamada. Abrió su mente y pudo contemplar como el viento le sonreía, le tocaba la mejilla y le susurraba palabras como: "guapa, eres especial, tienes una misión que cumplir, tienes que viajar, conocer gente, vivir tu vida..." Eileen respiró profundamente para inhalar y paladear la sabiduría del aire, los conocimientos que estaba asimilando, y se dio cuenta de que en el fondo siempre se dio cuenta de que tenía algo importante que hacer en su vida, algo que el resto de la gente nunca entendería, pero que sería esencial para la humanidad. Quizás no para todo el mundo, pero si para su familia, parientes y amigos. Sería alguien importante en la mente de la gente, en la memoria de los niños, en la historia de su localidad y podría contar historias emocionantes a sus amigos mientras tomaban un café. Esta imagen de su futuro la hizo sonreír a carcajada limpia, como algo evidente que pasaría, como algo que pasaría aunque no quisiese, como deseándolo cada día desde que tenía uso de razón y que sus padres le habían comentado sin entrar demasiado en detalles que sus ojos eran de color lavanda debido a un fármaco desconocido. Ahora no, llevaba lentillas, ¿por qué? ¡que extraño! pensó, entonces se imaginó que podría ser alguien diferente con un pasado también diferente. Esa idea la mantenía viva y con la esperanza de algún día ser ella misma y mostrar a todo el mundo lo hermosos que eran sus ojos y no tener que ocultarlos por temor a que diera entender que tenía una enfermedad rara, dar miedo a la gente , que fue lo que le dijeron sus padres, o cualquier otro motivo que fuera preocupante. Quería ser feliz como todo el mundo y no veía nada malo en desearlo.

La brisa apareció de nuevo acariciando esta vez sus labios, sus ojos, su cuello, susurrándole que pronto se marcharía a un lugar lejano para completar el proceso, pero no ahora porque no era el momento. Y de repente el frío se metió en su cuerpo y la hizo despertar. Un proceso ¿qué proceso? ¿se marcharía mañana? ¿se iría sola? muchas preguntas, pensó, aún sin respuesta, pero que de seguro las tendría muy pronto.

Animada por la visión, empezó a rebuscar en el armario la ropa que iba a utilizar para bajar a desayunar, era sábado y no solía levantarse muy temprano. Sentía una fuerza interior desconocida hasta ahora que la empujaba a hacer las cosas sin pensar y con gran ilusión antes de bajar miró a la cama dónde hasta era un prado y casi pudo volver a ver a la brisa sonreírla de nuevo, como si fuera una imagen nítida, pero transparente de alguien, de una amiga que sabes que nunca te va a defraudar, una compañía para siempre, un ser que te guiará y te protegerá porque su destino es el mismo y están ligados. respiró hondo y solo deseó que ese viaje empezase cuanto antes.

EileenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora