No, no y no

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Unas horas ... solo unas horas me quedaban para salir de allí, y embarcarme hacia mi casa. Los seis meses se me habían echo eternos, y no veía el momento de irme. Había echo amigos, si, eso no lo puedo negar. Madison y Lily, eran las chicas con las que compartía habitacion y con las que mejor me llevaba. Hacíamos muchas gamberradas, nos regañaba, pero nosotras nos la pasábamos bien. Los chicos, bah, eso era fruto prohibido para mi. 

Me despedí de todos, aunque me cayeran mal. Las dos maletas que llevaba eran pesadas, casi igual que cuando volví. Llevaba un bolso como equipaje de mano. Como signo de despedida y de nostalgia por no volver a las chicas, me puse los vaqueros largos que Lily me había regalado, y la camiseta de manga corta de rayas que Madison también me regalo. En menos de dos horas podría volver a abrazar a mi madre, y visitar la tumba de mi padre, él cual extrañaba.

 Vino a recogerme un taxi y nos dirigimos hacia el aeropuerto. Me embarque en el viaje de una hora con la esperanza de ver de nuevo a mis familiares y a mis amigos, que tanto echaba de menos. 

Llegamos por fin y como era de suponer me esperaba el chófer, al cual abrace. 

-Hola, Henry, te echaba de menos. -Sonreí.

-Señorita Jennifer, yo también la extrañaba. -Me devolvió la sonrisa.

Nos montamos en el coche, esta vez yo delante, tenia ganas de que me contara todo.

-¿Como le a ido?. -Pregunto con la vista en la carretera.

-Muy bien, he conocido a unas chicas, muy monas y simpáticas. ¿Por allí como han ido?. -Dije.

-Su mamá le remodelo la habitación, a su estilo, le encantara. -Dijo.

-Espero, sabes lo que opino sobre eso.-Dije riendo.

-Si, lo se.-Rió. 

Después de un rato llegamos a la casa, la cual estaba igual que cuando me fui. Sali del coche, y deje que Henry cargar con las maletas, dado que él me lo pidió. Mi madre me esperaba en la puerta con una sonrisa.

-¡Mami!.-Grite corriendo hacia ella.

-¡Que gusto verte hija!.-Dijo ella

Nos dimos un abrazo, echaba de menos los abrazos de mamá. 

-Estas muy delgada, pero también muy guapa.-Dijo.

-Mamá, para.-Dije.

Reímos y nos dirigimos hacia dentro de la casa. Allí salude a todos los empleados, que también echaba mucho de menos. 

-Bueno ... Jenni, hija, tengo que contarte algo.-Dijo.

-Dime mamá.-Dije

No sentamos en el sofá y nos quedamos mirando fijamente.

-¿Te acuerdas de Betty Bots?.-Pregunto.

-No, ahora mismo no caigo.-Dije.

-Ella, se a separado de su marido, y el muy desgraciado, le a quitado todo. Es decir, se a quedado completamente sin dinero.-Dijo.

-Vaya ... que pena.-Dije.

-El caso es que ... le ofrecí que se quedara aquí el tiempo que necesitara.-Dijo.

-Ningún problema.-Dije.

-Tiene un hijo.-Dijo.

-¿Y?.-Pregunte.

-Bueno ... él a cambiado mucho ... ahora es muy buen muchacho, en fin ... él es el que te atropello hace un año.-Dijo.

-No, no y no. No quiero que ese se meta en MI casa.-Dije.

-Jennifer, es una buena causa.-Dijo.

-No quiero, la señora que se quede, pero ese tío no.-Dije.

-Jennifer Caroll, acataras las normas, y si yo digo que se queden los dos, se quedaran.-Dijo.

-Me voy a mi habitacion.-Dije. 

-Ha las 21.00 tienes que estar lista, iremos a cenar con ellos.-Dijo.

-Vale.-Dije borde.

Fui hacia mi habitacion furiosa. 

No podía creer que mi madre había metido en nuestra propia casa a un tío que me atropello. Resulta que hace un año, él me había atropellado intencionadamente. Pasaba la calle y de repente vino él y choco contra mi. Reconozco que en parte fue culpa mía, no mire ni a un lado ni al otro, pero es que para algo tienes los ojos, para ver. El caso era que no quería ese tío en mi casa.

-¡Mama!.-Grite desde arriba.

-Dime.-Dijo ella desde abajo. 

-¿Como me visto?.-Pregunte.

-Arreglada.-Dijo.

-En cima arreglada ... .-Bufe.

Mi madre me ignoro y yo entre de nuevo en mi habitación. 

Me dirigí hacia el cuarto de baño, donde comencé a bañarme. Después de terminar salí en toalla. Me puse la ropa interior y empece a buscar las prendas que era noche me pondria. Elegí una pulsera dorada, un bolso del mismo color que el dorado, un vestido negro con cola, yunos zapatos de tacón negros. Me vestí. Me ondule el pelo y me maquille un poco. 

-¿Estas ya?.-Entro mi madre.

-Si ... ya voy.-Dije.

Metí el teléfono, la cartera y un brillo de labios en el pequeño bolso y me dirigí hacia el piso de abajo. 

-Aquí viene mi hija.-Dijo mi madre. 

Al llegar al final de la escalera pude observar que junto a mi madre se encontraba una mujer y un chico.

-Mira hija, ella es Betty, y él es su hijo, Evan. Ella es Jennifer.-Nos presento mi madre.

-Encanta.-Dijo Betty.

Nos dimos los típicos dos besos, y luego me acerque a Evan.

-Encantada.-Dije.

-Lo mismo digo.-Dijo.

Se repitió la misma escena, los dos besos.

Después e las presentaciones nos dirigimos hacia el coche, donde fuimos hacia el restaurante 'King Green'. Llegamos en seguida.

-¡Sorpresa!.-Gritaron todos.

-¿Que es esto?.-Dije al ver allí a todos mis amigos y familiares.

La primera en venir a darme un fuerte abrazo fue mi mejor amiga, Rachele. Y luego siguieron los demás. El local estaba repleto de gente conocida, que deseaba ver.

-Tía, esta buenísimo.-Dijo Rachele mirando a Evan.

-Anda ya.-Bufe.

-Nadie te gusta, en fin ... ¿como te a ido allí?.-Pregunto.

Empece a contarle a Rachele todo lo que me había pasado allí, a quien había conocido y demás.  Evan conocía a casi todo el mundo, lo cual era extraño, pero tampoco es que le preste mucha atención a el, estaba demasiado contenta como para andar fijándome en estupideces como esas.

La fiesta acabo aproximadamente a las 5.00 AM, donde todos nos dirigimos hacia sus casa. 





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⏰ Última actualización: Nov 05, 2016 ⏰

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