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capitulo 3

-bienvenida a detención- fueron las dulces y amables palabras con las que me recibió la profesora Turnner, la verdad es que siempre me había salvado de terminar aquí, pero al parecer es verdad que siempre existe una primera vez para todo.

Nadie se encontraba en el salón a excepción de Adam, que estaba ubicado en la ultima fila al lado de la ventana, con los audífonos puestos y los pies en la mesa de adelante, Adam desprendía cierto aire...despreocupado o tranquilo a lo mejor.

La decisión que estaba a punto de tomar tenia que ser la correcta, tenia que sentarme lo suficientemente alejada de Adam, pero también de la señorita Turnner que se encontraba adelante vigilando como un chulo, así que tras analizar toda la situación tome una decisión, me sentaría en la ultima fila pero al otro extremo de la sala, de manera que la señorita Turnner no seria capaz de usarme como sirvienta o de que Adam se la pasara todo el tiempo echándome en cara que todo por lo que estábamos pensando era mi culpa, me coloque mis audífonos con sumo cuidado y empece a escuchar "religion" de lana del rey, empece a revisar instagram y publique una foto que tenia guardada en la cual aparecía con Jennifer, un simple emoji de corazón y ya, la verdad el tiempo se pasaba cada vez mas lento, pero estaba segura de que seria capaz de aguantar las dos horas, revise la hora en mi celular y ya habían pasado...¡diez minutos! ¡en serio!, cansada decidí adelantar algunos trabajos, pero la verdad es que no valía la pena, ya los tenia todos hechos, en ese momento mi teléfono vibro, en la parte superior de mi teléfono, apareció un mensaje de un número desconocido, decidí no responderlo, pero al cabo de dos minutos, el aburrimiento me consumió y no encontré mejor salida de este, que hacer un nuevo amigo.

Desconocido: "La señorita Turnner se va en dos minutos, tenemos suficiente tiempo para escaparnos, ¿te atreves?, o ¿no eres lo suficientemente valiente para hacerlo?.

Guarde el celular con fuerza en mi maleta mientras murmuraba, "imbécil".
En ese momento levante la mirada y la señorita Turnner no se encontraba en su puesto, Adam se levanto con fuerza de su asiento y se dirigió a mi, con pasos tranquilos y serenos.

-Acaso la leona se quiere quedar encerrada en esta jaula, dicho esto me regalo una de sus típicas, egocéntricas sonrisas de medio lado.

-¡¡cuantas malditas veces te tengo que decir que no me llames así!!, dije mientras empezaba a recoger mis cosas, -que te quede muy claro, que voy a salir de esta sin tu ayuda.

-¿acaso tienes idea de las medidas de seguridad que tiene el instituto?-dijo mientras ladeaba la cabeza.

-hasta donde tengo claro, No.

-¿entonces que pretendes hacer?-dijo mostrándome una sonrisa socarrona.

lo mire a los ojos, mientras analizaba detenidamente la situación y una pregunta surgió en mi cabeza ¿por que no?, si algo ocurría simplemente diría que el me obligo y ya, así que mi respuesta era más que obvia.

-larguémonos de una vez- dije mientras me levantaba de mi asiento y tomaba mi maleta.

Adam empezó a caminar a la puerta y la abrió con sumo cuidado, asomo la cabeza para ver si alguien se encontraba haciendo guardia en los pasillos y la cerro de manera inmediata, yo me encontraba detrás de el esperando a que dijera algo, o que me dijera que había visto a alguien que era mejor quedarnos o algo así pero lo único que dijo fue -voy a volver a abrir la puerta, apenas lo haga salimos corriendo a la salida ¿vale?.

-Vale- dije con algo de miedo.

-A la cuenta de tres...-dio un largo suspiro y empezó -Uno...Dos...TRES.

Tiro la puerta con gran fuerza y empezó a correr, mientras él daba grandes zancadas, yo trataba de seguirle el paso, pero jamás he sido buena corriendo, en un momento lo perdí de vista, y me quedé sola en la mitad del campo de fútbol americano.