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Todo a mi alrededor esta negro, solo logro divisar algunos arboles cuando estoy a punto de chocar con ellos,  el sonido de mis pisadas sobre las ramas y hojas secas me estan volviendo loca, pero no puedo parar, me he dicho que no y aún que me esté sacando ampollas y cortes, no puedo parar.
¡Corre mi Alexia, corre!

Me despierto agotada y sudorosa. Han pasado doce años, doce, desdes aquel suceso, no entiendo por que me sigue atormentando. No pude dormir otra vez y mientras me seco la frente con una mano quitando el sudor, con la otra froto mi ojo girando la cabeza a mi mesita de noche, veo la hora en mi reloj y por la santisima hermosura que se me hace tardísimo para la universidad.

Me arranqué las cobijas mientras salía a todo cohete de la cama, busque una toalla y salí directo a bañarme. No demore mucho, me seque el cuerpo, lave mis dientes y cepille mi cabello, de regreso a la habitación me visto-menos mal escogí la ropa anoche-pensé, me terminó de arreglar, un poco de pestañina, labial y rubor. Listo, vuelvo a ver la hora y por mamá Madonna, solo me quedan quince minutos para llegar, -por que vivo tan lejos-. Recojo mi celular y llaves de la mesita de noche, entro a la sala, agarró mi maleta y cámara, veo que todo este apagado y salgo de casa verificando que quedó bien cerrada, bajo corriendo las escaleras casi callendo al final, agarro mi casco de los lockers y camino de prisa al estacionamiento, busco mi moto mientras me pongo el casco, me subo, la enciendo y agarro rumbo a la universidad.

-Moreau, tarde.
-P-pero señora Blacke, solo fueron dos minutos, habia trancon.
-Pues debio pensar en salir antes de su casa niña-

Que Lady Gaga me saque de este apuro, yo y mi temor a la profesora de comercio.

-Sólo sintece ya, a y Moreau tiene un punto menos.

¿Por que me pasa esto a mi? Sólo pase por un chocolate y panecillo a mi cafetería favorita por que no me dio tiempo de desayunar y como siempre se me hace tarde, Scott tiene mi pedido listo y como que tengo una larga lista que pago siempre a fin de mes. El es un amor, en fin, fue culpa de ese estúpido taxista que me cerró en una curva y casi me hace caer. Bueno, dejando mis pensamientos a un lado por que se que no sería capaz de decirlo en voz alta, con un pequeño asentimiento con mi cabeza a la profesora procedo a sentarme en una de las sillas de adelante, cosa no grata para mi.

Siempre he sido muy reservada, por lo tanto tengo pocos amigos, pero mi mamá siempre dice los verdaderos amigos se cuentan con una mano y sobran dedos, es una mujer muy sabía; mientras me aburro en clase sin Samara y sin Mayte, mis mejores amigas, ya que ellas están en otra clase, veo el enorme lunar de la profesora que puede llegar a parecer más una lenteja con pelos,  que asco, todo sea por matar tiempo.

Y que Qeen me acompañe...

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⏰ Última actualización: Dec 28, 2016 ⏰

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Juralo por la sangre del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora