Día 7

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—No soy el típico chico que toda chica quiere tener a su lado, no soy guapo, no tengo mucho dinero, mi ropa es vieja y sólo tengo dos pares de zapatos, uno formal y mis deportivas. Cuando camino parezco levitar y cuando estoy nervioso me dan ganas de hacer pis, antes de dormir debo oler la almohada y suelo pensar en todo lo que hice durante el día. Tengo el dedo índice de la mano izquierda más largo que el de la derecha y cuando tengo miedo, mi ojo derecho salta consecutivamente.
Pero aún así quiero arriesgarme por ti, quiero mostrarte todos mis defectos para que juntos nos burlemos de ellos...— me miraba fijamente expentante de mi respuesta, con media sonrisa incluida.
— Yo... acepto cada uno de tus defectos y quiero hacerte saber los míos ¿Quieres oírlos? — él asintió.
—No soy la chica que todos creen que soy, lloro en silencio y cuando más infeliz estoy, más grande es mi sonrisa, toco la flauta únicamente cuando tengo ganas de llorar y canto canciones de despecho por todas las almas que lo sufren, tengo un pie más grande que otro y suelo usar ropa una talla más a la que me corresponde, camino mirando el cielo y suelo acostarme en la cama sólo para ver el techo, me avergüenza cuando muchas personas me miran fijamente por lo que evito a toda costa dar opinión en clases, no uso ropa femenina y tampoco me gusta maquillarme. y siempre, siempre, pongo las necesidades de los demás antes que las mías.— suspiré.

— Te faltó algo — me miró seriamente.
— ¿Qué cosa?
— Te faltó mencionar el movimiento que haces con tus pies mientras hablas.— Sonreí.

Me gusta#7: Él siempre notaba cosas que ni siquiera yo notaba, siempre estaba un paso adelante.

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