Capítulo 1

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Eran las nueve de la mañana y ya estaba llegando tarde a mi primera clase del día por cula de Verónica, ella me hizo esperarla en el baño para que se termine de maquillar.

- Dicen que el nuevo profesor de Física está muy ardiente - dijo Verónica mientras se mordía el labio inferior con un leve sonrisa coqueta.

- ¿En serio? - le pregunté entre risas.

- Sí, así que no quiero que nos perdamos toda la clase - respondió mientras jalaba de mi brazo, sin embargo ya ibamos casi una hora tarde por su culpa.

- Vero - la llamé con un tono de dolor - me vas a dejar sin brazo - hice un pucheroa para que me soltara, ya no soy una niña para que me este jaloneando como ella quiere.

- ¡Oh! - exclamó mientras me soltaba - lo siento Liz, pero quiero deleitarme un poco con la vista del profesor de física.

- Lo sé, pero por tu culpa estamos llegando una hora tarde - me burlé y ella giro los ojos.

Llegamos a la clase y la puerta estaba cerrada y por mas sexy que sea el profesor, igual nos podía enviar a dirección por llegar tarde y yo no quería eso, supongo que Verónica tampoco porque su papá ya la iba a castigar por tantas falta disciplinarias que tiene en su historial.

- Toca tú - hablé con ves temblorosa - es tu culpa que lleguemos tarde.

- No, mejor toca tú, a mi ya me quieren expulsar de la escuela - noté el miedo en su voz.

- ¿Jugamos yan ken po? - pregunté con mi mano hecha puño, ella solo asintió he hizo lo mismo

- A la Yan, a la Yan Ke, a la yan... - se abrió la puerta de golpe y unos ojos verdes invadieron mi ser, él era perfecto, su perfil, su cabello, incluso la manera en que alzó una ceja en modo de burla.

- ¿Pueden solo tocar la puerta y pasar? - nos pregunto el hermoso chico que estaba apoyado en la puerta - les prometo que no muerdo.

- Si quieres puedes morderme, muñeco - la verdad, creí que eso último se había quedado en mi mente, al escuchar la risa de Verónica me di cuenta del ridículo que acababa de hacer y me sonrojé por lo que dije.

- Muñeco? - dio un carcajada en seco - soy tu profesor, así que vayan a sus asientos antes de que las mande a dirección.

Verónica y yo obedecimos, ella se siguió burlando de lo que había dicho en la puerta. Durante el resto de clase seguí admirando la belleza del profesor, ese porte, la espalda ancha, todo su cuerponera perfecto y de vez en cuando sentía como el me miraba tan profundamente que mi cuerpo se estremecía por sus hermosos ojos.

- Preste atencion señorita...? - olvidé que no le dimos nuestros nombres en la entrada y por estar admirando la belleza de su cuerpo, no me di cuenta que llevaba llamándome hace un rato como "la chica tardona"

- Lizzy - le respondí de forma tímida y bajando mi mirada- me llamo Lizzy.

- Bueno señorita Lizzy, preste atención - me dedicó una sonrisa e hice lo mismo - un cuadro de las fórmulas basado en el sistema internacional de unidades, formen parejas y terminenlo en menos de 20 minutos para salir al receso.

Veronica y yo hicimos grupo, aprovechabamos el tiempo para hablar sobre el profesor.

- Creo que el profesor es sexy y me atrae lo suficiente para tenerlo en mi cama por lo menos un par de veces - me dijo con una sonrisa coqueta

- Verónica, no digas eso que nos va a escuchar - ella se mordio el labio mientra lo observaba - pervertida.

- Eres muy ingenua Liz, es normal hablar sobre esto, ya no somos unas niñas y sabemos apreciar la belleza del mundo - se burló - además, no es mi culpa que no hayas perdido tu virginidad - alzo una ceja.

- Vero, sabes que yo quiero 0erderla con alguien que valga la pena, lindo y maduro - mire al profesor inconscientemente - y que pueda satisfacerme.

Verónica no dijo nada más, terminamos el trabajo más tarde que el resto, nos entretuvimos demasiado.

- Lizzy, ¿Puedes entregarlo? - dijo mientras se ponia su mochila - mis padres han salido y mi hermana está sola, debo ir a verla.

- No te preocupes Verónica, ve, yo me encargo de entregarlo - ella me dio una sonrisa y se fue

Sé que Verónica mentía e iba a salir con uno de los chicos de la preparatoria de al lado, igual siempre sigo sus mentiras. Ya todos se habían ido y solo quedabamos el profesor de Física y yo, me acerqué a entregarle el trabajo.

- Aquí tiene - le entregué la hoja de la tarea, pero una ventisca de viento hizo que se cayera al suelo, me agaché a recogerla y escuché un gemido, fue de mi profesor, giré mi cabeza y ví mi mano encima de su miembro erecto, saque mi mano e hizo otro gemido, se tapo con su mano, lo que ocasioné solo por tocarlo y me excitó escuchar sus gemidos.

- Lo mejor será que se vaya señorita Lizzy - se tapó los ojos, no podía verme por el incidente de hace un momento.

- Lo siento mucho - me di la vuelta y caminé unos pasos, pero cuando estaba apunto de salir siento una mano en mi pecho y otra en mi pantalón.

- ¿Me vas a dejar así? - me sorprendió el cambio que tomó, él empezó a masajear uno de mis senos.

- Ah - salió un gemido, mi cuerpo era muy sensible al tacto de su mano en mi seno, sentía su miembro erecto encima de mi pantalón, se sentía tan grande y mi cintura empezó a moverse sobre él.

- Creo que hoy llegará tarde a su casa señorita - susurro en mi oído, haciendo que me estremecer por cada una de sus palabras.

Me volteó rapido y me llevó contra la pared, paso su mano por debajo de mi camiseta y empezó a masajear uno de mis senos - ah - volví a gemir, paso su mano por debajo de mi pantalón y empezó a masajear mi critoris mientras me besaba, sentí como me humedecía, inconscientemente pasé mi mano derecha sobre su cuello y con la otra empecé a tocar su torso.

- Ya estás mojada - sonrió picaramente y chupo sus dedos con los que me estaba tocando hace un momento - ya te puedes retirar - fruncí el seño.

- ¿ Me vas a dejar asi? - le exigí, mi cuerpo pedía a gritos que el continuará tocandome

- Tú empezaste desde que entraste a mi clase - me masajeo el pecho de nuevo y dejo un papelito entre mis senos - búscame luego para terminar con esto.

Pensamiento del profesor:

Al abrir la puerta me sorprendí al ver a un mujer tan delgada, sus pechos parecían firmes y solo queria verla un poco más, cuando escuché que me dijo muñeco, enloquecí al querer escucharla decir eso mientras gemía por más. Cuando recobré la razón las dejé pasar pero no quería dejar de verla, se veía hermosa concentrada para disimular que no me veía.
Por fin terminó la clase, sé que me tocó casualmente pero si ella hubiera corrido, no hubiera pasado que yo haya explotado... Dios me volví loco al escucharla gemir, solo quería que siga gimiendo más, que me arañe tanto como quiera y poseerla en ese salón de clase, me molestó que no haya podido penetrarla sobre un pupitre en ese instante. Si ella va a la dirección que dejé en ese papelito, nada me detendrá para poseerla y sabré que tengo au consentimiento para hacerla mía.


Sexo con mi profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora