Capìtulo Ùnico
Llevar una agenda ¿no es algo asi como guardar recuerdos? fechas especiales, citas de trabajo, momentos que creíste serían molestos pero terminaron convirtiéndose en los más extraordinarios: Todos recopilados en un mismo sitio. Cuando los miras solo tienes fechas y algunas palabras sin embargo tu mente está reproduciendo la historia completa de la fecha que estás leyendo. Precisamente eso es lo que hago ahora marcando en mi agenda una fecha que cambiaría mi vida para siempre.
Recuerdo ese día estaba sentada en la parada del bus esperando como todos los días al salir de la universidad 7:00 pm, las luces de las lámparas eran lo único que iluminaba la calle, llovía tanto que pensé que en cualquier momento en vez de circular automóviles serian lanchas. Me quede mirando como las gotas de agua caían en un charco cercano como si bailasen, borrando el reflejo de las farolas.
El sonido del chapoteo de unos pies que corren para refugiar a su dueño, hicieron que girara mi cuerpo y mirara detrás de mí. Un hombre asiático de más o menos un metro ochenta de estatura bastante guapo a mi parecer, pues aunque la mayoría de la gente en occidente diga que todos los orientales son lo mismo, yo creo que no es asi, sería tanto como decir que todos los latinos somos iguales, tomando asiento junto a mí, me dirigió una sonrisa de esas que das a la gente cuando estas en la misma situación incómoda, en ese momento sentí escalofríos pero se lo atribuí al hecho de que estaba bajando la temperatura debido a la lluvia.
El bus estaba tardando más de lo normal -maldita lluvia- dije para mí misma sin darme cuenta.
-disculpa ¿decías algo? - el hombre me miraba con cara de interrogatorio.
-no, nada- me apresure a contestar sintiendo como el rubor subía a mis mejillas.
La próxima vez me guardaría mis pensamientos solo para mí, se estaba convirtiendo en un hábito muy feo el decir lo que pienso en voz alta.
Hacia cada vez más frio y mi cuerpo se estremeció, me cale un poco más mi chamarra, mire al hombre a mi lado, el no parecía tener ningún problema con la temperatura al contrario lo estaba disfrutando, me atrevería a decir que estaba extasiado.
Volvió a escucharse un chapoteo, pero esta vez más tenue como si se tratase de un perro o un gato, justo cuando iba a dar la vuelta para mirar, el hombre a mi lado me tomo por los hombros, obligándome a mirarlo. Me quede completamente atónita, pensé en forcejear pero como si él hubiera leído mis pensamientos, movió los labios muy despacio "no-te-muevas" dijo sin reproducir ningún sonido.
El hombre miraba un punto fijo justo detrás de mí y por increíble que parezca comencé a sudar pues sentía como si alguien me estuviera acercando un leño encendido cada vez más. Los automóviles por alguna extraña razón habían dejado de circular por allí, ahora la calle estaba desierta.
El hombre comenzó a levantarse lentamente sin dejar de mirar lo que sea que estuviese detrás de mí, cuando se hayo completamente de pie, las lámparas explotaron dejando todo en la penumbra, un grito salió de mi boca, Cerré los ojos y apreté los dientes tanto que creí que los quebraría.
A mis espaldas podía sentir el calor de dos cuerpos combatiendo ferozmente, de pronto se escuchó como si hubieran lanzado un bulto contra una pared el sonido fue tan estruendoso que me hizo dar un respingo en mi asiento, desesperada intente expulsar un grito de auxilio, sin embargo fue ahogado por el rugir de un trueno y por unos leves segundos se ilumino el lugar, lo que pude ver a centímetros de distancia de mi rostro me hiso perder el sentido.
Cuando desperté era de mañana, yacía en un cómodo diván color turquesa y estaba completamente empapada por fortuna a alguien se le había ocurrido poner unas cuantas toallas antes de recostarme. Mire a mi alrededor y solo alcance a divisar un estante con libros situado en una esquina, un pequeño sofá color crema algo roído pero muy acogedor, pero lo que más llamó mi atención fue el mural que estaba pintado justo en medio de una pared haciendo a la vez de cabecera de una mullida cama, en este se podía ver un enorme dragón azul, a su alrededor había nubes y truenos como si se estuviera desatando una tormenta en las fauces del animal se podía observar una esfera cristalina que destacaba del resto del mural pues en su interior se vislumbraba un hermoso pasillo de sakuras sus florecitas creaban una lluviecita color rosa a decir verdad se veía bastante real tanto que si estiraba el brazo estaba segura de que podría quitársela.
Trate de levantarme pero una molestia en el costado de mi cuerpo me lo impidió, tente con cuidado para calcular el grado de dolor, pero al notar que no era leve me baje un poco los jeans dándome cuenta que un enorme cardenal se habría paso por gran parte de mi muslo, haciendo un gran esfuerzo me puse de pie dirigiéndome al mural para verlo más de cerca.
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Relámpago Primaveral.
FantasyLlevar una agenda ¿no es algo asi como guardar recuerdos? fechas especiales, citas de trabajo, momentos que creíste serían molestos pero terminaron convirtiéndose en los màs extraordinarios: Todos recopilados en un mismo sitio. Cuando los miras solo...