Todo o nada

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Estaba sentado, mirando al chico ubicado a mi lado. No podía evitar distraerme con él, su pelo era de un tono parecido a un chocolate suizo y su piel me recordaba a la blanca arena de la playa. Sus ojos, ni hablar de ellos, eran los más hermosos que jamás haya visto; los tenía de un color celeste, más claros que el mismisimo cielo despejado. Sus labios, tan finos y delicados, me daban ganas de saborearlos y morderlos. Su rostro, era igual que el de una muñeca de porcelana. Si el hubiera sido ella, lo más probable esque ya me hubiera confesado, pero no lo era. Al fin se había percatado de que lo estaba observando, no sabía si ya se habría enterado de mis sentimientos, pero de igual manera traté de disimularlo pensando en algo para cambiar de tema antes de que me interrogara. Lo primero que se me ocurrió fue decirle que era demasiado nerd, eso hizo que se molestara y me empezara a gritar diciendo ser lo contrario. La profesora nos castigó a ambos por interrumpir sus clases, pero no me importó ya que así tendría más tiempo de estar con él, aunque sea en detención.

Siempre andábamos juntos, con clarence por supuesto, pero nunca encontraba la manera de alejarlo para estar a solas con él. Ívamos caminando hacia el salón de los inadaptados, cuando una chica rara de enormes lentes, pelo corto y marrón oscuro se le acercó preguntándole algo que estaba más allá de mis conocimientos. Esa pregunta fue lo único que tuvo que decir para conquistar su corazón. 

Desde aquel entonces comenzó todo, mis celos, mi envidia y mis deseos de poseerlo.

Fui donde clarence para pedirle que me ayudara, claro que el ya sabía que me sentía atraído por Jeff. Teníamos todo planeado, realizariamos una de las tipicas juntas en su casa mientras no estaban sus padres. Solo faltaba decirle al invitado de honor que fuera sin su novia, pero estaba tan concentrado en mimarla que nunca se nos dió la oportunidad. Un día encontre a los dos bien achuchados, sentí como se me rompía el corazón y ese dolor me daba aún mas fuerza para confesarme. Los interrumpí descaradamente, tomándodolo a él del brazo y llevándomelo a la fuerza, ignoraba todos los insultos que me daba y con cada vez que mencionaba el nombre de la chica más rabia me daba. Opté por callarlo de una vez, acorralándolo en los casilleros y robándole un beso, los sentí como siempre me lo había imaginado, suaves y dulces; el trataba de empujarme para separarme, pero yo era más fuerte, no quería liberarlo y tampoco podía parar de probar sus labios. La voz de una chica enfurecida se escuchó a lo lejos, era su novia, nos había visto en pleno besuqueo. Aún no lo soltaba y solo miraba con una sonrisa como ella rompía al fin con él, aunque después de lo sucedido me sentí culpable al ver como el chico que tanto deseaba, que tanto amaba, rompía en llanto. No podía creerlo, como había podido ser tan egoísta, estaba tan centrado en estar con él que olvide lo más importante, su felicidad. Arrepentido le pedí disculpas, pero este me golpeó como nunca antes lo había hecho y se fué corriendo.

Ya nada sería lo mismo desde entonces.

Ahora el chico que me gustaba me evitaba, sin poder hacer nada para remediarlo. Pasaban los días, las semanas, los meses y nada cambiaba. Le pedí a Clarence que me ayudara nuevamente, y este mencionó lo del plan que nunca se llevo a cabo. Era hora de ponerlo en marcha. El habló con Jeff para que se juntaran en su casa mientras que yo los estaría esperando en su habitacíon; por suerte ese mismo día los padres de clarence tenían que salir a celebrar su aniversario y llegarían muy tarde.

Me sentía nervioso, aún no llegaban y ya comenzaba a arrepintirme, estuve a punto de salir por la ventana cuando la puerta de la pieza se abrió, ya era tarde; Jeff al entrar se quedo mirándome y Clarence aprovechó el momento para salir y dejarnos encerrados. Se notaba molesto, su rostro expresaba un profundo odio hacía mi. Un silencio incómodo rodeaba el ambiente. Solo me preguntó cortante el porque le había hecho eso, el porque lo había besado; yo no sabía que responder, pero algo me dijo que era el momento de confesar lo que sentía.

Todo o Nada ( One-shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora