Recordando...

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El viento sopla fuerte en el exterior,un escalofrío recorre mi cuerpo y enciendo la chimenea dejando que su calor me proteja, mis manos están a centímetros de esas llamas candentes, trato de calentarlas pero me canso de estar incada frente al fuego y me incorporo para sentarme en el sofá donde solíamos pasar momentos inadecuados de pasión y ternura., ¡Maldita melancolía!- digo entre dientes tapandome con la manta de lana que me obsequiaste ese día de otoño.
Sostengo la taza que se encuentra en la mesa de centro,dejo que el humito que anuncia su hervor invada mis fosas nasales, olor a canela para aliviar el corazón roto o esa tonta idea viaja por mi mente., mis trastos de las antiguas comidas no los he lavado y aún se encuentran en la mesilla donde dejo el té,después de darle dos sorbos y quemarme los labios.
Paso una mano por mi cabello castaño, esta sucio y esponjado., porque desde que me encuentro en soledad y tu no estas mi aseo dejo de interesarme afectando mi físico.El cuerpo delgado que tenía lo remplace con helado aumentando 5 kilos y esa piel tersa de mi cara ahora la ocupan unos cuantos granitos y barros que infectan mi decaída belleza, pero lo más importante son las marcas en mis muñecas que al verlas me provoca repulsión y las intento esconder para que pasen desapercibidas...
Las lágrimas comienzan a caer despavoridas por mis mejillas -¡¿como te atreves a sofocar mi paz?!- pienso arrugando mis labios, conteniendo un grito aprieto mis puños y las imágenes de nuestros recuerdos me visitan sin ser bienvenidas siendo etéreas y fugaces.,atormentas mis momentos endulzando estas heridas que dejaste aquel día en el que mentiste ultrajando lo más puro de mi ser 'el corazón" que te amaba ciegamente sin querer ver en la basura tóxica en que te convertías día a día con tus lujos baratos y tu adicción a la marihuana hecho que me enfermaba al darme cuenta que eras alguien muy diferente con esa engañosa droga que podría apostar que te llevaría o ya te llevo a la ruina por tu afán en venderla.
Viví llena de lujos por tu trabajo de cheff en un restaurante de lujo y tu venta de comida en servicios hoteleros elegantes que te regalaban boletos de avión en los cuales conocí playas hermosas y me ahogaba envuelta en tu amor barato.
Me calmo un poco, limpio mis lágrimas, prendo un cigarrillo que encuentro en el compartimiento de mi bata de noche, me incorporo rápidamente por un bolígrafo y una libreta que esta adornada de una campaña dorada con un fondo rojo,-me gusta ese color-la acarició mientras me siento y me tapó  disponiéndome a escribir aquellos recuerdos, dejando que mi mente hablé y el olor del cigarro me inspiré aún más junto con el ruido de la lluvia de afuera.....

Soledad LluviosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora