Y de repente, Claudia se acerca encabronada para darme una cachetada, pero algo se lo impide: Miguel Arturo Ceballos Arguelles, o mejor conocido como el amor de mi vida.
-¡Ya basta Claudia!- Dice enojado mi bomboncito
-¿Eh? P-pero si y sólo estaba Platicando con mi amiga- Ella me señala, ah, maldita zorra. Yo me hago la sorprendida.
-¿M-miguel? Pensé que estabas de viaje en Europa- Obviamente yo ya sabía que el estaba en México, hace rato lo vi tragándose una torta en el puesto de doña Chanta.
-Siento mentirte mi amor, pero la verdad es que regresé por ti, la idea de no tenerte a mi lado me estaba matando y carcomiendo por adentro poco a poco....- Ya mero, debió ser por los litros de salsa que le echó a los tacos que también se comió en después de irse de las tortas, maldito tragón, es acidez no amor, pero bueno, dejaré que continúe.
-¿Por mí?- Él asiente, se arrodilla ante mí y me pregunta.
-María, ¿me concederías el honor de ser mi esposa?- Yo le doy el sí. Y la estúpida de Claudia se muere de celos mientras el y yo nos besamos. Claudia se empieza a derretir, su cara se cae en pedazos, la mansión se vuelve roja ,volteo a ver a mi marido y el se convierte en el lechero José.
Me despierto rápidamente gritando y compruebo lo que no quería: fue otro sueño. Mierda. Junto a mi cama está la foto de Sebastián Rulli (osea Miguel), que papasote, miro mi celular y son las.... ¡6:30! ¡DIOS MIO!¡LAS CLASES EMPIEZAN A LAS SIETE!. Me visto, me lavo los dientes, ya no me da tiempo de comer nada, luego me como una torta. Llego corriendo a una escuela llamada "Instituto Sweet Amoris" ¿Khe? En México las escuelas se llamaban Morelos, Benito Juárez, Reforma, Constitución o algo por el estilo, y me vienen a salir con esto, ay. ¿Adónde vamos a parar?.
Vuelvo a revisar mi celular y son las 6:50. Entro y una viejita me recibe amablemente, me da los buenos días y me pregunta si soy la nueva para luego enviarme con un tal Nathaniel, el disque delegado. Y ahí voy recorriendo los pasillos hasta que veo una puerta que dice "Sala de delegados". Toco la puerta pero nadie responde, así que la abro y me encuentro con un chico alto, delgado, rubio, ojos miel, buenas nalgas, esto es el paraíso. El rubio se sorprende al verme y suelta sus papeles.
-¿Eres la nueva?
-Ehhhh.... sí, disculpa, ¿Sabes donde puedo encontrar a Nathaniel?- Ay, que pendeja soy, el chico tiene el nombre "Nathaniel" en una etiqueta pegada en su camisa, va pensar que soy una iletrada y que sólo vine por sus nalgas. Maldición, su foto también está en la pared con su nombre en mayúsculas, MAYÚSCULAS.- De hecho yo soy Nathaniel, el delegado principal. Y tú eres María Sucrette, ¿Verdad?- Yo asiento... ¡SABE MI NOMBRE !¡SABE MI NOMBRE! Claro, pues lo tiene escrito, ay, ver tanto Televisa me está haciendo daño.
-Ah, lo siento, es verdad, debí haber visto tu etiqueta y las fotos antes de preguntarte , mucho gusto. Una señora me dijo que viniera contigo para recoger unos papeles o algo así.- Nathaniel se ríe tan hermosamente que creo que me dará diabetes. Me dice que tengo me falta una foto de carné y $25. Rayos ahora tendré que ir por todo eso.
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CDM A LA MEXICANA
HumorMaría Sucrette, una típica chica de 16 años que se muda con su tía Agatha. Se verá envuelta en otro entorno social. Nuevos compañeros, nueva escuela, pero lo mexicano siempre se quedará en su corazón. ¿Verdad Sucrette? Sucretre: Shhhhh! Que esto...