One Shot

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Es normal que un niño tenga amigos imaginarios, la edad de 6, 7, 8 o inclusive a los 9 años es de inocencia, pero... A la edad de 16 años? Te podrían hacer pasar por un demente no? Y mucho más si esos "amigos imaginarios" te dicen que hagas cosas que no quieres o inclusive te obligan a hacerlo, Tweek Tweak sabe de este tema a la perfección.

Al borde de tu mundo y el mío hay un universo al que yo llamo Calalini, es mi paraíso de oscuridad cada día no es vacacional para mí.

-Gah! No! Ya! DEJENME! -se podía oir gritar a Tweek desde el interior de su cuarto, su padre trataba de abrir la puerta pero se hallaba cerrada por dentro -Ha!! NO LO HARÉ! NO LO HARÉ! NO LO HARÉ!!! - de un momento a otro dejaron de escucharse esos gritos desesperados y pasaron a ser susurros -no mataré a mi padre -pequeños rasguños aparecían en sus brazos y lágrimas caían por sus mejillas

Ah! No puedo entender Four Hundred, por qué la gente debe morir?
Ah! No puedo entender Wednesday, no me lastimes, qué hicé mal?

Esto ya era normal en la vida de Tweek, tenía miedo de aquello que veía, tenía miedo de esas voces, día a día, burlas y críticas, pero claro, ellos no sabían que pasaba realmente en la mente del rubio, ellos no sabían que día a día el sufría por culpa de sus demonios.

No puedo esconderme más de aquellas voces que mi alma desgarrando estan, los demonios mi mente invadiendo van, no puedo escapar de los monstruos me devoran.

No había entrado a clases, estaba escondido en el patio trasero con su mirada fija en el suelo, sin brillo alguno, sin cordura, ausente del mundo, sólo apretando sus puños contra sus rodillas al igual que sus labios y lágrimas cayendo por sus mejillas a causa de la tortura que era para él escuchar esas voces.

Por qué? Por qué? Calalini debe ser mi paraíso y mi pesadilla?
Por qué? Por qué? Calalini debe ser mi nuevo hogar, mi alma es pesada!

Al parecer Tweek no era el único que no había entrado a clases, un chico de cabello negro y chuyo azul veía de lejos como el oji-oliva golpeaba su frente contra la pared con intenciones de hacerse daño, se acercó preocupado e interpusó su mano entre la frente del rubio y la pared separandolo de esta.

-Estás bien Tweek?

Calalini, Calalini, Cala, Cala, Calalini
Calalini, Calalini, Cala, Cala, Calalini
Calalini, Calalini, Cala, Cala, Calalini
Calalini, Calalini, puede alguien rescatarme?

-Diles que se cayen, ya~ya no pu~puedo, Gah! CALLENSE!! -gritó llorando
-Tweek, calmate, mirame -lo volteó de tal manera en que ambos se miraban a los ojos, secó sus lágrimas y lo abrazó escuchando lo que el adicto al café susurraba
-No lo haré, n~no l~lo ma~mataré, no, YA DEJENME!!
-Calmate -el chico de ojos azul oscuro lo abrazó más fuerte logrando el silencio del menor -yo te ayudaré Tweek, no te preocupes... YO TE CUIDO -el pequeño abrió sus ojos por la sorpresa de aquellas palabras, no era normal oírlas, en especial si quien las había pronunciado tenía por nombre Craig Tucker.

En el borde de la locura grito y lloro todo quisiera destrozar, lleno de agonía es mundo y sufro tanto pienso que es el infierno.

-Nunca has estado cuando me lastiman -soltó en un susurro el pequeño Tweek
-Qué? -el azabache soltó a su amigo y lo miró con el ceño fruncido
-Nunca... Me has ayudado... -tenía la cabeza baja, pero eso no le impidió seguir hablando -No puedes... Ellos van a seguir hasta que acaben conmigo... No puedes ayudarme

Paraíso De OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora