アロイスの願い「シエルが欲しい」

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Notas del fanfic:
Kuroshitsuji, así como sus personajes, no me pertenecen. Todos son propiedad de Yana Toboso, Square Enix y sus publicadores en los distintos países del mundo.

Notas del capitulo:
Este es el segundo fanfic que escribo basado en el anime de Kuroshitsuji. Espero que les guste.

アロイスの願い「シエルが欲しい」(Alois no Negai: "Ciel ga hoshii")

No todo había salido como él lo había planeado. La fiesta de disfraces que había tenido lugar en su mansión unos días atrás no sólo había servido para conocer al afamado conde Ciel Phantomhive. También había servido para quedar completamente prendado de él.

El plan esta vez era perfecto. Iba a invitar al chico del parche en el ojo a una recepción privada, y mientras los mayordomos se entretenían peleando entre ellos, él iba a aprovechar cada segundo que tuviese a solas con Ciel.

Desafortunadamente, el de ojos azules no tenía los mismos planes. Sin memoria y engañado por el macabro plan de Sebastian y Claude, lo único que el conde Phantomhive ansiaba de Alois era la muerte. Quería vengarse de quien -él creía- había asesinado a sus padres.

Un tablero de ajedrez, escenario de antiguos duelos, había sido el elegido por el de ojos celestes como escenario del duelo que estaban pronto a tener sus respectivos demonios.

La orden que Ciel Phantomhive le había dado a Sebastian había sido clara y decidida: "Gana y tráeme a Alois ante mí. Yo me encargaré de él".

Alois por su parte, ignorando el destino que ambos demonios le habían preparado, le ordenó a Claude un simple "Quiero que Ciel sea mío".

Y así se había dado inicio al duelo. Ambos muchachos estaban observándolo desde una posición privilegiada en uno de los grandes palcos de la mansión Trancy, y sentados sobre un precioso sofá rojo cobrizo.

No había pasado mucho rato desde que los demonios habían iniciado la pelea, cuando Alois ya había desviado su vista hacia su izquierda. La expresión de aburrimiento de Ciel le fascinaba, sin embargo la pared invisible que el muchacho de ojos azules había puesto a su alrededor parecía infranqueable.

- "¿Cómo puedo lograr que me vea?" -era lo que Alois pensaba a cada instante.

Si bien es cierto que el motivo por el que había querido conocer al perro guardián de la reina en un comienzo era otro, al momento en que había sentido esa tersa piel, esas cálidas manos, había visto esos brillantes y profundos ojos, ya no se lo pudo sacar de la cabeza.

Ciel Phantomhive le pertenecía desde el momento en que había aceptado esa segunda invitación a su mansión, y esta vez no lo iba a dejar escapar.

El conde Phantomhive sin embargo no pensaba lo mismo. Estaba aburrido en ese lugar, en esa mansión. Sentía la inquietante mirada del rubio que estaba sentado a su derecha. Lo único que quería era que Sebastian ganara esa absurda batalla luego para él poder cobrar, de una vez por todas, su ansiada venganza.
Los minutos transcurrían lentamente, y parecía que a cada momento los demonios tenían nuevos trucos que hacían que la batalla fuera cada vez más apasionante. Más apasionante para todos, menos para Ciel, quien pensaba que lo único que hacían todos esos trucos era alargarla de forma innecesaria.

- "Apresúrate Sebastian. Quiero terminar luego con todo esto" -era lo que Ciel pensaba en todo momento.

Cuando el atardecer estaba llegando, Ciel no aguantó más. Daba lo mismo qué pasara primero, Alois Trancy iba a morir igual. Él lo iba a matar.

- ¡Mira, Ciel! ¿No encuentras apasionante la batalla? -Alois se atrevió a acercarse un poco al de ojos azules.

- Mm... ¿Me podrías mostrar la mansión, Alois Trancy? -Ciel sabía que era ahora o nunca. Si se quedaban solos con Alois, la única salida posible para el rubio era la muerte.

Alois no Negai: "Ciel ga hoshii"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora