La mañana de Theo Sullivan no comenzó de la mejor manera; su cabello era un asco, su habitación estaba llena de pañuelos usados, y algunos libros estaban desordenados, es decir, que no estaban ordenados por abecedario, como a él le gusta. Además, se encontraba en el baño, tratando de secar una terrible y amplia mancha de jugo de naranja de su camiseta preferida. Su no tan linda hermana menor decidió despertarlo de una manera peculiar.
Rió para sus adentros al imaginarse una serie cómica de su vida. Un chico de dieciséis años, cursando el peor de los cursos, marginado, rodeado de mujeres sólo en su hogar—su madre, sus dos hermanas menores y su hermana mayor—. Su hermana de seis haciendo su vida imposible sería una de las escenas más repetidas, ya que eso pasaba muy seguido para el infortunado Theo. Sólo faltaría que la chica popular se enamorara—mágicamente— de él, ¡Y listo! La serie sería el Top #1 de los periódicos.
Un fuerte ruido hizo que se sobresaltara y tirara la toalla que tenía en sus manos. Se trataba de la puerta del baño, que había sido abierta bruscamente. La figura que había detrás de ésta, era su madre, como imaginó. No me mostraba muy alegre, sus manos estaban agarradas a los lados de la cintura y su ceño estaba muy fruncido... o quizás demasiado.
—Molly vino llorando diciendo que Theo la golpeó. ¿Quieres decir algo antes de que te prohíba salir este fin de semana?—abrió la boca para reclamarle lo que había hecho su hermana, pero la volvió a cerrar cuando recordó lo inútil que sería. Molly sabía muy bien cómo esconder su faceta de niña malvada y controladora, pasando a ser la niña santa y obediente.
Suspiró de manera ruda y bajó la mirada, negando levemente. La madre se retiró con una sonrisa satisfactoria, yendo a consolar a la pequeña. Cosas como estas ocurrían diariamente, y digamos que está un poco cansado es esto.
Para apartar esos pensamiento pesimistas, Theo vio el lado positivo de este día. Era viernes, el último día de clases. Claro que tendría que volver dos semanas después, ya que sólo eran vacaciones de invierno. Pero de igual forma, le alegraba no ver a sus detestables compañeros, aunque sea por catorce días.
Antes de cruzar la puerta principal de su casa, saludó a su madre con la mano, y a su hermana le dirigió una mirada fulminante, quien respondió con una sonrisa inocente.
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Theo volvió a casa dos horas después; hubo un simulacro de incendio y se fueron todos a sus hogares.
Se encontraba sentado en su cama, pensando en cómo puede ser que sus compañeros sean tan estúpidos.
Hoy, a penas llegó al colegio, Liam—popular, capitán del equipo de básquet— comenzó a adular sobre sus abdominales y su "increíble" fuerza. Una cosa llevó a otra, y terminó hablando de cómo vencería a Batman. Se creía la persona más fuerte del mundo, y lo peor, la gente le creía.
Como si alguien pudiera vencer al súper bandido de la época. Seguramente era un hombre de treinta años recién salido de prisión, con tatuajes por todas partes y unos bíceps mucho más grandes que los de Liam.
Quedaban siete días para la navidad, y Theo no estaba seguro de cómo enfrentarse a Batman. Quería vengar a su hermana menor, pero le daba mucho miedo. ¿Qué tal si salía herido? ¿O si lo mataban? Realmente no quería eso. ¡Además nunca luchó contra alguien!
Tomó rápidamente un blog de hojas de colores—que le regaló Molly el día de su cumpleaños— y comenzó a escribir.
"Maneras de vencer a un maleante."
Bien, no estaba seguro de cómo empezar, pero se pasó toda la tarde haciendo borradores. Algunos pasos eran como "Paso número uno: golpearlo." , cuya nota tiró instantáneamente. Otro decía "Paso número uno: saber su debilidad." ¡Era ridículo! Tendría unos minutos para vencerlo, ¿cómo encontraría su debilidad en minutos?
A veces creía que era estúpido hacer esta clase de cosas. ¿Por qué se enfrentaría a alguien que ha matado a un montón de personas? Claro que sólo un demente lo haría.
Pero quería llegar a ser abuelo y contarle a sus nietos cómo se enfrentó a Batman—ya sea que lo logre o fracase—; si es que no muere en el intento.
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Luego de una agradable cena, Theo subió nuevamente a su habitación. Tomó su blog de hojas y releyó lo que había escrito.
"Paso número uno: conseguir un arma."
Eso no sería fácil, él sabía eso. Pero, de alguna manera, lo conseguiría. Ya fuera legal o ilegalmente.
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Gracias a nadie por leer esto. Me inspiran mucha confianza, chicos.