Era la primera mañana del inicio de clases, Iván ya cursando su último año universitario, su meta es estudiar lo más que pueda, obtener los títulos que anhela, y aunque por descendencia le toca asumir el mando en el reino, aunque tenga que hacer un clon de sí mismo, esconderse, o escabullirse de su padre controlador lo hará para cumplir sus sueños.
Su vida a pesar de ser un príncipe no es tan glamurosa, más bien él desea que su vida sea como en los cuentos de hadas que ha leído de niño.
Como era su costumbre se levantó antes de que su alarma sonara, lo que más le emocionaba de la vuelta a clases es que tendría una excusa para no estar todo el día al ojo de su padre y de todo el castillo en general, optaba por no salir de su cuarto y pues... No recibía tantas visitas (Ninguna en realidad) su único amigo no lo visita porque Ivan le tenía oculto su linaje real y pues tenía que mentirle a cada momento, no era captado por los paparazzis en los periódicos porque debido a que no salía tan frecuentemente no era objeto y su vida en ese sentido de la polémica no era tan movida.
Pero bueno, lo que importa es que finalmente volvía a clases, éste era su último año, el último en el que tendrá que esforzarse para graduarse con honores como es su sueño.
Se levantó con ánimo de su cama, cepilló sus dientes y entró a la ducha, luego de un relajante baño, abrió su closet y sacó las prendas del perchero y se las colocó.
No puedo creerlo, finalmente llegó el día, hoy podré salir y sentir el aire fresco en mi cara y el calor de la gente, veré a Kendall, en serio muero por darle un fuerte abrazo. — Dijo Iván con desbordante felicidad.
Aunque lo que desearía porque no estuviesen esos bravucones que siempre me golpean o esas chicas amantes de las compras que sólo saben manipular, pero bueno, por lo menos tengo a Kendall y sé que siempre va a estar para mi, realmente no sé cómo no se a llegado a fastidiar de mi, verdaderamente quiero a ese chico — dijo mostrando un gran sonrisa en su rostro.
Y cuando iba a abrir la puerta de su habitación la silueta de su padre serio le impidió el paso.
Primero tenemos que hablar, no olvides que pronto será tu coronación y que debes prepararte — Dijo con un semblante duro en su rostro el rey.
Lo sé papá, sé lo que se acerca, y ya estoy bastante preparado, >>en teoría<<— Pensó.
Su padre se hizo un poco a un lado y pasó lo más rápido posible para evitar otra de sus preguntas pero ni bien pensó eso cuando.
No olvides la chica — Dijo su padre.
Iván paró en seco y estando de espaldas con lágrimas casi por revelar casi cayendo de sus ojos dijo:
Si papá — Y sin siquiera mirarlo a los ojos caminó más rápido para salir ya de ahí.
A Iván esa idea de tener que esposar a una chica en ese baile le genera mucha preocupación pues no quiere estar con alguien que no ame de verdad, una persona que luche por él, que realmente lo quiera en su vida, y es demasiado tímido siquiera para acercarse a intentarlo.
De camino a la casa de su mejor amigo para irse juntos a la universidad solo pensaba "Quien va a querer por novio a una persona como yo, que sólo sé llorar y tan vulnerable, prefieren a deportistas con buen cuerpo y yo no quiero a alguien con quien luego de unos días no va a querer ni mirarme y no tendremos estrecha comunicación salvo por el embarazo y los hijos, los cuales no nacerán del amor verdadero."
Más y más preguntas saturaban su cabeza y sin darse cuenta ya había llegado a la casa de Kendall, tocó el timbre y al minuto abrió la puerta la Sra. Stella, mamá de Kendall.
