Free at last

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Hoy es el primer día del resto de mi vida.

Hoy se cierra una etapa y otra se abre.

Hoy mismo terminaré con él. Estoy decidida.

Ya no lo amo más. No puedo hacerle esto. No a él.

No puedo engañarlo más.

Desde hace meses lo pienso, pero no lo había decidido hasta hoy.

Nico Di Ángelo, espérame.

Percy, espero que puedas perdonarme.

Todo empezó el primer día de mi cuarto año consecutivo asistiendo al Campamento Media Sangre.

Ese día en que mis ojos se toparon con los suyos, no lo olvidaré nunca.

Conforme pasaron los días, me fui enamorando poco a poco de él.

Solo había un insignificante detalle:

Yo tenía novio...

Y era su mejor amigo.

Pero el problema terminará en un par de minutos, Percy estaba en camino. Y Nico estaba en su cabaña, esperándome.

- Percy – dije cuando el pelinegro se acercó a mí. Lucía feliz, y de pronto me sentí una horrible persona.

- Hola amor – dijo y trató de besarme, pero me aparté - ¿Qué? ¿Qué es lo que...? – se interrumpe a sí mismo. No necesita terminar la oración para comprender qué es lo que sucede. Lo comprende. Puedo ver el segundo exacto en que la comprensión lo golpea. Puedo verlo encogerse sobre sí mismo, casi imperceptiblemente, pero allí está. Puedo ver el dolor en sus ojos. Puedo ver la duda en su semblante. Puedo notar su aura de repentina tristeza. Puedo entender que le he hecho daño. Un daño intencional. Un daño mucho más terrible, culpable y permanente que cualquier otro que me haya hecho Percy a mí antes.

- Percy, yo... - intento decir después de una pausa que parece eterna, en la que solo sus respiraciones cortan el silencio.

- Déjalo – me interrumpe Percy. Suena brusco y hasta grosero, pero yo no esperaba menos. Lo veo alejarse con apatía, como si de un segundo a otro le hubiesen robado la energía vital. Nunca me había sentido más culpable.

Lo veo dirigirse a la puerta. Camina lentamente, con la vaga esperanza de que lo detenga, que lo consuele, que le diga que está mal y qué está bien. Quiero hacerlo, quiero decirle que también lo amo, que también espero lo mejor y que tengo miedo. Pero no puedo. No puedo mentirle. No a él.

Antes de atravesar el umbral, Percy se detiene, suelta un suspiro y voltea. Su expresión es cansada, como si hubiese envejecido 10 años de golpe.

- Supongo que no querrás que vuelva

Me abrazo a mí misma, y desvío la mirada.

- Supones bien

Percy mira hacia el suelo. Parece perdido en alta mar, sin vela ni bote ni brújula. Me siento horrible, pero deseo que se vaya. Lo peor sería que se echase a llorar. Y solo entonces tal vez podría arrepentirme, mentirme, seguir con la farsa un rato más.

Pero Percy se va.

Y yo me siento bien otra vez.

Era libre.

Por fin era libre.

Por fin podía estar con el dueño de mi corazón sin sentirme juzgada.

Comencé a correr con todas mis fuerzas hacia la cabaña 13, era un largo camino si tomamos en cuenta que yo dormía en la cabaña 1. Cuando por fin llegué, abrí la puerta de golpe, y me encontré con un pálido pelinegro abotonándose una camisa negra. Ignore el hecho de que estaba a medio abotonar, solo me acerqué, y lo besé.

Un beso tierno y apasionado al mismo tiempo. Lo sentí sonreír durante más de la mitad.

- Ya podemos estar juntos – dije entre besos

- Júramelo por el Río Estigio – dijo con una reluciente sonrisa

- Te lo juro por el Río Estigio – y le di el mejor abrazo que he dado en mis largos 17 años de vida, con todo mi amor y toda la felicidad contenida hasta este hermoso momento – Te amo

Y aunque no lo podía ver, supe que sonrió

...

Fueron pasando las semanas... y dentro de un par de días acaba el verano en el Campamento Mestizo. Muchas cosas cambiaron. Todos se preguntaban por qué tan de repente Percy y la morena dejaron de pasearse por los campos de fresas agarrados de la mano como la pareja súper enamorada que aparentaban ser. Nadie entendía nada. Mucho menos después de notar que de la noche a la mañana la castaña estuviera inseparable de Nico di Ángelo, el mejor amigo de su novio, cuando según todo el campamento era novia del pelinegro... Tardaron mucho tiempo acostumbrándose y terminando de comprender todos los cambios que pasaron después de aquella noche. A que el hijo de Poseidón estuviera soltero de nuevo, pero sin ninguna intención de entrar en una relación otra vez. A que el pálido hijo de Hades estuviera romántico con la simpática hija de Apolo. Pero si, ya era algo tan de todos los días que terminaron acostumbrándose, tanto que cuando veían a la empalagosa parejita separados era muy extraño.

Todo era normal en el Campamento Media Sangre otra vez. Todos vivían felices. Todos convivían en armonía. Todos estaban más que satisfechos con los sucesos ocurridos durante este verano. Todos menos uno. Un delgado pelinegro de ojos verdes, que seguía tan deprimido como el primer día. Había perdido algo de peso, y le dolía todo el cuerpo –No es muy buena idea apenas probar bocado y entrenar con su espada todo el día. Pero sobre todo le dolía su roto corazón. Apenas dormía, y cuando por fin lograba caer en los brazos de Morfeo, soñaba con la castaña y su antiguo mejor amigo riéndose de él en su cara, juntos, provocando despertara sudoroso y con una presión en el pecho incontenible.

La ultima tarde antes de que todos se marcharan, Nico y su novia se encontraban sentados debajo de un árbol atesorando los últimos momentos juntos antes de que el pelinegro partiera al Inframundo a ocuparse de trabajos de su padre, y que la castaña fuera a Florida con su madre y a cursar su último año del bachillerato. Les dolía la sola idea de separarse por un par de meses, hasta que el joven se desocupara de sus tareas y pudiera visitar a su amada, pero lo sobrellevaban bien a decir verdad. Comparado a como estarían si no hubieran dicho nada a Percy otro año consecutivo y la culpa los siguiera carcomiendo poco a poco por dentro.

El ojiverde los buscaba por todos lados, cuando por fin dio con ellos, la dulce pareja ya estaba despidiéndose con un casto beso en los labios, y después de esto, el pálido pelinegro desapareció en un viaje sombra

- Percy, ya sé que estas ahí – dijo la morena

- Yo... emm... l ... lo siento, no quería interrumpir – balbuceó

- No te preocupes – sonrió – ¿Qué necesitabas?

- Yo, solo emm quería saber si estamos bien

- ¿en qué momento dejamos de estarlo?

- Yo emm solo quería emm ¿confirmar? – dijo claramente nervioso

- No te preocupes, en todo caso debería ser yo la que te pide perdón, por emm ya sabes

- ¡No! – gritó – digo, emm no, no te preocupes por ... eso

- Claro, entonces... ¿amigos? – dijo alzando la mano

- Amigos – dijo, seguido de jalar a su ex novia y ahora nueva amiga, por el brazo y darle un gran abrazo de oso

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⏰ Última actualización: Oct 02, 2016 ⏰

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Free at last - A Nico di Angelo and Percy Jackson FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora