Cabeza gacha,
mirada perdida,
y muchas lágrimas,
rodando por sus mejillas.
Al verla, sentí
un nudo formarse
en mi garaganta.
Quería poder
ser capaz de borrar,
esa mirada y lágrimas,
de angustia y dolor.
Pasee mi vista
por todo el autobús,
¿porque nadie
hacia algo por ella?
¿nadie siquiera
se sentó a su lado,
porqué?
por desgracia,
se las respuestas.
A nadie le importa
ver a un adolescente
llorar, nadie siente
compasión o lástima
ni siquiera.
Ellos no saben,
o talvez olvidaron,
como se siente..
el dolor.
El sentimiento
de ardor en tus ojos,
aguantando
lágrimas reprimidas
por tanto tiempo.
La vergüenza
de llorar en público.
pero tener que hacerlo
porque...
¡ya no puedes más.!
Vivimos,
en una sociedad
en la que sobran
humanos...
pero falta
humanidad.