Muerte

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Nathaniel:  

Todo había empezado hace unos años en la secundaria y a pesar de que Marinette y yo nunca pasamos del protocolar saludo y despedida que se dan las personas por educación, siempre sentí por ella una calidez incalculable. Sin embargo con el tiempo las cosas cambian, el cariño se vuelve admiración y de esta, incluso sin el consentimiento propio, se puede volver amor...

Así fue como empezó mi larga tortura intentando que me descubriese. Risas, juegos y malentendidos de adolescentes despreocupados fueron todo lo que ocurrió esos meses. A mí eso me bastaba, si podía seguir sonriendo a su lado de esa manera podía vivir feliz... Sin embargo al siguiente año... Él llegó. De cabello rubio y ojos verdes, el chico sacado de una revista, cambió todo.

Al inició pensé que no se llevarían bien y sobre todo tras el incidente con Chloe. Ingenuamente creí que no era un problema. No tenía ni idea de lo equivocado que estaba...

Ese día yo tuve que regresar al salón por el móvil, que había dejado olvidado en mi pupitre, y cuando me disponía volver a casa, vi a Marinette sola en la entrada mientras un aguacero caía. Al instante mi corazón brincó y fui presuroso a ofrecerme a llevarla a su casa.

Pero de pronto mi ilusión fue abruptamente cortada y un frío recorrió mi espalda. Instantáneamente me oculte, como si un arcano instinto animal de protección se hubiese activado por la presencia de un peligro mortal...

Ahí estaban ellos dos y aunque no hicieron nada comprometedor, pude comprobar una sonrisa en la sonrojada tez de la chica que me había enamorado. Aquello me llenó de miedo y esperé a que se fuese antes de salir de mi escondite, pensé que ese sentimiento con el tiempo desaparecería pero... nunca lo hizo y lejos de eso, solo se hizo más grande mi suplicio.

Adrien Agreste al inicio no notó los sentimientos que la chica que lo amaba sentía por él, pero yo que siempre la observaba desde lejos, los vi claramente... Así pasaron días, semanas, meses y pude ver con claridad lo que nacía entre ellos... Pude echarme a llorar sin restricciones y finalmente apenas se me dio la oportunidad hui del país...

Sin embargo todo lo que sube tiene que bajar y cuando retorné, la primera conocida con la que me encontré fue ella... Dicen que cuando tu corazón deja su hogar solo se adormece, pues si eso es cierto, el verla fue el vuelco que lo despertó. Ella seguía siendo la Marinette de la que me había enamorado, su gentileza y optimismo ahora eran acompañados por un aire de madurez.

Entonces paré en seco y lo decidí... luego de excavar en esos pensamientos no iba a volver a alejarme de esa chica...

-Alya para. Tenemos que volver.

-Sabes que solo le estorbaríamos...

-Esta no es la Alya intrépida que conocí. Ya me resultaba extraño que accedieras tan fácilmente a irte. Yo no sé tú, pero yo voy a ir a por Marinette. Si ella es capaz de luchar por su amor... ¿p-por qué yo no?

Mas no esperé una respuesta y salí corriendo en dirección a la mansión donde debía estar. Corrí con todas mis fuerzas esperando que la suerte estuviese de mi lado para no chocar con los akumatizados y como si yo mismo me hubiese "salado", con esos pensamientos, de pronto uno que parecía un golem de piedra me atacó. A duras penas de un brinco pude esquivarlo y antes de que pudiese reponerme, lanzó un golpe contra mí. Otro movimiento afortunado y caí a pocos centímetros de aquel monstruo de roca, sin embargo su fuerza fue tal que rompió el concreto y caímos a las alcantarillas.

Ya no podía moverme y aquella cosa se levantó ante mí con el único fin de terminar de una vez por todas con mi vida. Entonces un grito improferible por ningún humano ocurrió y el dolor invadió la escena...

Mi oponente caía al suelo con alaridos de dolor desgarradores, pero no me tomé el tiempo de comprobar nada y antes de que pudiese levantarse me subí en su espalda para finalmente volver a la calle... Grande fue mi sorpresa cuando observé a todos los akumatizados de la zona en ese mismo estado. Sea lo que sea que estaba preparando Nightmare, ya había iniciado... París en ese momento se convirtió en un verdadero infierno, con demonios maldiciendo en todas partes. El cielo oscuro y el tamaño de esa destrucción habían dado paso a una escena tan terrorífica como horrible. Pero eso no me detuvo y no paré hasta que entré en la mansión... Mi presencia fue entonces opacada por el ruido que estaban haciendo y me quedé atónito cuando, desde las sombras, vi como Marinette era atacada por una versión "oscura" del chico de revista.

No pensé... en ese momento solo actué por instinto y cogí una piedra mientras me abalanzaba con rudeza ante un enemigo infinitamente más poderoso que yo. Mi movimiento lo descolocó y antes de que pudiese hacer nada lancé mi proyectil primitivo que el repelió con facilidad.

-Te confiaste en tu ego de deidad y no creíste que un humano se opondría. Pero claro que pensé en tu poder de la destrucción y en el momento en el que desviaste esa simple piedra la tuviste que tocar... Con eso tu poder se ha ido -le grité incorporándome, sabía que lo estaba provocando pero necesitaba alejarlo de Marinette.

-IMPERTINENTE -apenas dijo antes de que apareciese detrás de mí...- AHORA MUERE.

Entonces solo sentí como mi cuerpo volaba y se estrellaba con una ventana enorme que se rompía lentamente en pedazos mientras algunos de los vidrios se incrustaban en mí.

No sentía dolor ni nada, pero mi cuerpo, ya muy maltrecho, había quedado tendido boca arriba, y un segundo antes de perder el conocimiento, vi claramente el infierno completo... Todas las personas que habían sido akumatizadas yacían inertes en las calles de todo París. Toda la ciudad se había convertido en un cementerio gigante con una cantidad incalculable de cuerpos muertos a los que pronto yo me uniría...  Mi vida se iba entre mis dedos , fugaz, lenta. 

-Así que este es el fin... -dije con una sonrisa- Almenos ahora si tuve el valor de luchar por lo que amaba.

Entonces mientras mi vista se nublaba lo último que vi fue como unas mariposas de color completamente oscuro, a diferencia del púrpura que caracterizaba a los akumas, se dirigían en bandada a la mansión...

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Miraculous 2: La Desaparición de Chat NoirWhere stories live. Discover now