La Novia De Mr. Newberry

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La mañana típica del día, grisácea y aburrida. No era que no me guste la mañana simplemente me aburre.
Entro a mi consultorio un hombre de edad intermedia, portaba un saco finamente detallado.
—Buenos días señor Montgomery— dijo él.
—¿Que se le ofrece?—
—Soy Edmond Newberry, y vengo porque...mi novia se ah vuelto loca por completo, dice cosas extrañas y no para de gritar—
—Esta bien señor Newberry digame, ¿hace cuanto que hace eso?—
—Hace como tres o cuatro dias—
—No sufrió un susto o talvez no se calló —
—No que yo sepa señor—
—Bien iremos a su casa para verla—
De inmediato salimos a la casa del señor Newberry.
Era una casa pequeña y la habitación de la mujer era un cuartito amueblado, muy rustico para ser cierto. Me acerque a la dama y le dije:
—Señorita Newberry puede escucharme?—
La señorita no hizo ni un gesto siquiera, le iba a tomar él pulso cuando comenzó a gritar y a patalear.
—Señorita calmese, necesito que se calme—
La señorita de repente se volvió a acostar y cerro los ojos.
Con mucha precaución tome una muestra de su sangre la cual pase horas estudiando.
Luego decidí hacer un estudio con diferentes plantas y sustancias, hasta que encontre la mas indicada, hongos, las bacterias de los hongos coincidían con las bacterias que había encontrado en su sangre.
Salí hacia la casa del señor Newberry con él medicamento.
Al llegar él señor Newberry estaba llorando en él suelo yo quede sorprendido, pense, "¿acaso ella murió?"
Me acerque al señor Newberry y con un profunda tristeza el me dijo:
—Señor Montgomery!!! Ella se ha ido y con su salud no creo que dure mucho—
—Efectivamente-dije yo- señor, le doy como máximo un mes de vida—
—No diga eso Winston!!! Ella es mi esposa, no es cualquier mujer—
—Le pido disculpas, es solo mi profesion—
—Señor Montgomery, le suplico que la encuentre—
—Señor Newberry no soy detective ni tampoco soy policía—
Él señor Newberry montro un gesto como si Dios lo hubiese abandonado, una cara que hasta a él alma mas fría de Inglaterra se hubiera compadecido
—Escuche señor -dije yo- haré lo que pueda para encontrar a su esposa, no le prometo nada, pero haré hasta lo imposible por hacerlo —
Sonreí y me dispuse a  ir a mi casa.

A la mañana siguiente, siendo ya las 6:15am prepare una taza de té, aliste una libreta, en donde llevaria mi bitácora, y salí una vez terminada mi taza de té.
Mi búsqueda comenzó en los lotes baldíos de Kensigton y no encontré ni un alma allí, sintiéndome desesperado después de largas horas de búsqueda, logre encontrar una pista en la Peter Street, logre encontrar un pedazo de tela del vestido de miss Newberry, él hambre me estaba matando y fui por un pedazo de carne y un poco de cerveza, cuando de repente un puñado de hombres hablaban sobre una mujer loca con la ropa hecha trizas, le acerque a ellos y les pregunte.
—Disculpen caballeros, pero donde esta esa vieja loca que tanto mencionan? —
—En la Parker Street, la vimos pasar—
—Muchas gracias han sido de mucha ayuda—
Salí disparado del restaurante hasta llegar a Parker Street, pero no estaba ella, solo estaba una de sus joyas, un anillo, su anillo de bodas.
Como ya era tarde, tenia que dejar la búsqueda por ahora así que volví a Main Street a mi consultorio.

Comenzaba él segundo día de mi busqueda, no me detuve para beber té ni nada parecido, solo tenia un solo objetivo y era encontrar a miss Newberry, corrí a donde me había quedado, Parker Street, de allí partí hacia él centro de Londres, donde no habría ni un rastro de ella.
Comenze a desesperarme y por unos momentos pensé en abandonar mi búsqueda, pero mi orgullo nunca me abandonó, y seguí, decidí encender un cigarro cuando la vi pasar corriendo, la persegui por todo Londres, hasta que ella se dejo caer al vacío por un barranco en los lotes baldíos de Kensigton, quede fascinado al ver como se levantaba y se iba corriendo, decidí bajar por ese barranco y allí mire a lo lejos una especie de casa casi en ruinas, una choza, toque la puerta y salio un mendigo de ropa arapienta que me dijo con mucha agresividad.
—Que quieres imbécil?—
—Busco a miss Newberry—
—No se quien es pero largate—
No paso mucho para que le diera un peñetaso entre los ojos, se levanto, y yo rápidamente saque mi revólver.
—Laegate si quieres seguir con vida—dije yo-
Él sujeto salio corriendo, me adentre en la casa y pude ver un puñado de adictos al opio y a la morfina, y ahí estaba miss Newberry comiendo hongos con una señora de vestiduras arapientas y sucias, tome a miss Newberry y me la lleve cargando hasta llegar a Main Street, donde le aplicaría un antídoto.

Al día siguiente, ella despertó asustada, le ofrecí una taza de té y conversé un rato con ella.
La lleve a su casa con él señor Newberry.
—Winston estoy en deuda con usted—dijo él señor Newberry-
—No se preocupe, mi trabajo es que mis pacientes estén bien—
Él señor Newberry me dio la mano y 3000 libras.
Yo por supuesto regrese a mi consultorio en Main Street.

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⏰ Última actualización: Nov 18, 2016 ⏰

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