Prólogo

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–Gracias por venir, señores Tate. Apreciamos su tiempo. –
–No hay de que. Esto es necesario. –
–Muy bien. Empecemos, si les parece. –
–Sí, por favor, comencemos. –
–¿Me podrían decir el nombre completo? –
–Meredith Tate Amster. –
–¿Su edad? –
–Actualmente tiene diez años. –
–¿En que fecha se celebra su cumpleaños? –
–13 de octubre. –
–Muy bien. ¿Podrían describirla? –
-Meredith es una chica de diez años que lo único que ve en la vida es tristeza.
Desde que nació y su hermana gemela murió, ha querido suicidarse para equilibrar la naturaleza, pero cada vez que lo intenta, alguien aparece muerto en las noticias.
Meredith es una chica especial. –
–¿A que se refiere con "especial"? –
– Sé que sonará extraño. Pero sabemos que ella tiene un don. –
–¿Un don? –
–Más bien, una maldición. –
–¿Podría enterarme más a cerca de esto? –
–Una vez, Dith intentó ahogarse lanzándose al río que fluye cerca de nuestra casa vacacional. No lo logró ya que el río iba muy alto ese día pero sin movimiento y la sacaba del agua cada vez que se aventaba. –
–Eso es algo bueno, desde mi perspectiva. –
–Permítame acabar. Al día siguiente, escuchamos en la radio, que una niña de diez años se había ahogado en un río al caer desde un puente. La niña siempre iba a jugar ahí y nunca había pasado nada. –
–Pura coincidencia. –
–Después, Dith intentó cortarse las venas con una rama que encontró en el parque. No lo logró, sólo se dejó una cicatriz en la mejilla. Luego, al día siguiente, en las noticias vimos que un niño de 11 años había fallecido por caer en el bosque y enterrarse una enredadera de ramas por todo el cuerpo. –
–Eso no es parecido. –
–Dith nos contó al llegar del parque que había conocido a un niño de 11 que iba a ir al bosque de vacaciones.–
–No puede ser el mismo. –
–Se llamaba Jake. Al igual que el niño de las noticias. –
–De acuerdo. –
–Hay más. Una vez se quiso aventar de un edificio, pero la vieron y la rescataron. Por estar ayudándola, no se atendió a otra niña que cayó de su ventana y murió. Otro en el que quiso no comer para morir de hambre, pero comió en la noche de sonámbula y cien niños murieron de hambre al quedarse atrapados en un camión escolar. –
—La niña sólo tiene mala suerte. –
–No. Nuestra querida Meredith, es la mala suerte.
–Eso es imposible. –
–¿La va a curar, o no? –
–Vamos a necesitar internarla por un tiempo indefinido. –
–Está bien. Sólo cúrenla. –
–Eso trataremos, señor. –
–Espero esto sea suficiente. No tenemos mucho. –
–Con honestidad, señora, me interesa esta situación y aceptaré su paga. Si necesito ayuda para diagnósticos o permiso para experimentos, los llamaré. –
–Gracias. –
–A ustedes. –

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