Mujer = Misterio

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Hola, les traigo una historia que escribí hace unos meses para un concurso de Relatos, del cual me tuve que retirar debido a asuntos de la universidad :'(

En fin... No tiene nada que ver con anime, es algo de lo cuál un escritor, creador de la literatura de Terror y Suspenso, Me inspiró:

Edgar Allan Poe


Datos:

1,985 Palabras de relato.

Autora: Atadalove

Género: Contemporáneo/ Misterio

2016

Las desoladas calles están tan transitadas cuando se termina la jornada diaria de trabajo. Camino entre la multitud sólo para poder entrar al tren y por fin irme a casa. Tenía que darme prisa o lo perdería. Sin embargo, para mi sorpresa, estaba aún más lleno que de costumbre.

Entrar fue sofocante. Choqué con varias personas que se negaban a darme paso. Y ahí estaba, sintiendo el sudoroso olor de otras personas muy de cerca. Que caluroso es el final de este día laboral.

Los viernes siempre está lleno. Las personas se dedican a viajar a otros lugares. Las familias también se mueven y como está entrando el verano, muchos han tomado vacaciones desde ahora. Playa, cine, viajes en crucero o un fin de semana en un Hotel... ¡Qué envidia me dan aquellos con planes de salida los viernes! Aquellos con vida social.

- ¡Keishi! -Gritaron desde alguna parte del vagón. Me volteo como puedo. Choco con alguien y busco con la mirada a aquella persona que me llamó. Creo conocerla. Veo a un amigo que hace dos años que no veía, Hikaru. Viene hacia a mi como puede. Atravesando la jungla de gente con trajes de oficina. - ¡Qué gloria encontrarte aquí, amigo mío! Dichosos los ojos que te ven. -Me abrazó con fuerza y yo a él. Ciertamente me he distanciado un poco.

-Ya sabes que soy un adicto al trabajo. -Él se ríe. Sé que esperaba esa respuesta. Su expresión lo dice.

-Ni que lo digas. Encontrarte aquí fue un milagro y ¡justo a tiempo! querido amigo. -Las puertas del tren se abrieron. -Ven conmigo. Te invito un trago y pongámonos al tanto. -Ambos salimos. Y volví a caminar por estas transitadas calles.

Mi amigo siempre había sido espontáneo. Los días en la Universidad habían sido alegres.

Pero por alguna razón se veía diferente. Lo recordaba más fantasioso, más ahora, tiene aire de haber madurado o de haber tenido una experiencia no muy buena. Lo veo entrar a un bar y lo sigo de cerca. Nos sentamos en la barra y yo espero a que hable primero. Su expresión es distante. Arrugó un poco la frente, eso me dice que está muy metido en su mente, que no sabe cómo empezar a charlar.

No ha cambiado eso.

-Me casé.

Lo miro impresionado. Su expresión de soledad no ha cambiado.

-¡Aleluya! ¡Felicidades! -Lo felicito sinceramente. Siempre había dicho su gran deseo de formar una familia.

-Enviudé poco después de casarme. -Me dijo sin vacilar y sin mirarme. Tomó un vaso de cerveza y casi lo bebe todo.

Me quedo corto por la sorpresa. No imagino el dolor lacerante que debe estar sufriendo pero puedo verlo en su mirada. La soledad lo acompaña. Debió haber amado con locura a esa persona, tanto que aún siente su ausencia.

R.I.PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora