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Llevo demasiadas cartas escritas, las cuales salen de mi mente, se plasman en un folio y vuelven a encerrarse en una caja negra que se encuentra debajo de mi cama.
Nadie sabe de la existencia de ella, solo yo, ¿qué pensaría la demás gente si encuentra esas cartas?, no quiero ni pensarlo. A veces mientras las escribo no puedo evitar que se escapen unas cuantas lagrimas, supongo que en el fondo añoro ese cariño hacia una persona muy especial.

Hace varios años creí haber encontrado a esa persona especial, creía que era la que iba a estar a mi lado por muchos años y ni siquiera llegamos a los 3 meses.
Fueron 2 meses, 2 meses que compartí con mi primer novio, no voy a decir que lo pase mal pero si es cierto que tendría que haber sido más consciente de mis actos. Y es que el amor ciega, ciega de tal manera que cuando te das cuenta ni te conoces tú mismo, pero aún así sigues o en mi caso, lo deje.

Me encuentro sentada en el suelo de mi dormitorio adorando el techo mientras el sonido de las gotas de lluvia chocando en el cristal es la banda sonora de mis pensamientos. No me puede encantar mas ese sonido y si es acompañado de un té caliente el cual su vapor empañe mis gafas, puede sonar idiota, pero amo ese momento.

Me levanto del suelo y me siento en la silla de mi escritorio, cojo un papel y vuelvo a plasmar mis pensamientos, una y otra vez.

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⏰ Última actualización: Oct 16, 2016 ⏰

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