♤ CAPÍTULO ÚNICO ♤

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Bajo la mirada frustrado, en ese preciso instante se odiaba a si mismo.

Jungkook siempre había sido tímido y llegaba a tal punto en que no hablo con nadie más que su madre hasta los 12 años. Lo habían llevado a varios doctores y lo único que le detectaron fue un leve síndrome de Asperguer. Aparte de eso no había nada malo en Jungkook, pero aún así se le hacía jodidemente difícil hablar con alguien, prefería evitarlo a toda costa.

El problema es que ahora quiere hablar, quiere decir lo que siente y quiere confesarle su amor a una persona en particular.

Después de muchas noches de desvelo pensando tomó la decisión de que era el momento preciso para que sus sentimientos saliesen a la luz, pero como todo en su vida la timidez le impedía lograr su objetivo.

Jungkook sentía un pánico terrible en el cuerpo con solo pensar en pedirle algo prestado a alguien. En la escuela se dedicaba a hacer sus cosas y merodear como si fuera un fantasma. Ya a la mayoría se les olvidaba a menudo que Jungkook existía... Bueno, hasta hace un año.

Porque hace un año Park Jimin hablo con Jungkook para pedirle su cuaderno de matemáticas.

Recuerda ese día y no puede evitar reírse por cómo reaccionó, su cara era digna para un video viral. Cuando levantó la mirada notando la presencia del peli-negro abrió sus ojos de par en par y se inclinó tanto que terminó cayendo de la silla. Por un segundo pensó que Jimin se iría al darse cuenta de lo raro que era pero en vez de eso solo río y lo ayudó a levantarse.

– Entonces –le dijo ese día– ¿me prestas tu cuaderno?

Así comenzó todo, Jungkook le prestaba cuadernos a Jimin siempre que él se lo pedía. La verdad no hablaban mucho, Jungkook solo se limitaba a asentir y entregarle las cosas, luego Jimin se las iba a dejar con aquella sonrisa cordial característica del peli-negro. El único que hablaba era Jimin, quien lo saludaba cada vez que se dirigía a su pupitre y le preguntaba cómo estaba aunque solo consiguiera señas de parte de Jungkook.

Fue un viernes por la tarde cuando Jimin interceptó a Jungkook a la salida de la escuela, obviamente provocándole el susto del siglo a este último.

– ¡Tranquilo, Kook! –dijo riendo– solo soy yo.

Obviamente Jungkook asintió sin decir ni una palabra, Jimin ya se había acostumbrado a esa reacción de parte del chico así que fue directo al grano.

– No quiero molestarte pero eres mi única esperanza, Kook.

Sería mentira decir que a Jungkook no se le aceleró el corazón con esa frase.

– A ti te va tan bien en matemáticas –comenzó Jimin mientras se acomodaba el cabello– y me preguntaba si podrías enseñarme. ¡Se que pido tu cuaderno siempre pero no logró entender nada!

Jungkook miraba el piso mordiéndose el labio y es que si se ponía tan nervioso con la mera presencia de su compañero de clases ¿como podría enseñarle matemáticas?

Pero las mariposas que sentía en el estomago cada vez que escuchaba la voz de Jimin lo hicieron cometer la locura más grande hasta ese minuto en su vida.

– Claro.

Jimin comenzó a saltar de la felicidad apenas escucho su afirmativa.

– ¡Eres el mejor, Kook!

De la nada sintió como Jimin lo abrazaba efusivamente y se podría decir que a Jungkook se le había cortado la respiración. Cuando el peli-negro lo soltó el no pudo hacer otra cosa que mirar al piso ocultando su sonrojo.

– Dame tu número –pidió Jimin– así podemos ponernos de acuerdo para las tutorías.

Grabó su teléfono en el celular de Jimin y luego este se despidió dejándolo solo con su corazón acelerado.

El mensaje ♤ Kookmin OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora