capitulo 1

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La desesperación, él dolor, las nauseas, las palizas, los cortes, los insultos, los abusos.
Me llamo Daniela, vivo en Italia, tengo 17 años recién cumplidos. Soy baja, piel clara, pelo marrón claro y ojos castaño oscuros. Mis padres por culpa de una deuda con la mafia italiana, me vendieron al jefe de la organización con solo 12 años. No tuve tiempo ni de despedirme de ellos, aunque me hubieran echo algo tan horrible como eso, la ultima vez que los vi, mi madre lloraba desesperadamente por que le devolvieran a su hija y mi padre simplemente no podía ver esa escena tan dolorosa. Que os puedo decir, aun así los quería, y los echaba de menos, lo único que tenía para recordarlos era un pequeño colgante con la foto de ambos. ¿Como estarán ahora? ¿Habrán tenido otro hijo?¿ Papá habrá conseguido por fin un trabajo?
Un golpe muy fuerte en la puerta de mi pequeña y mugrienta habitación me saco de mis pensamientos
- ¡Sirvienta! Él jefe quiere verte ahora en su habitación
- Voy
Salí corriendo de la habitación y me fui en la dirección de la del jefe Evans. Pero me detuve en la puerta. Oía un montón de hombres riéndose a carcajadas, otra vez no, por favor. Sabía muy bien lo que iba a pasar si entraba por esa puerta.
- ¿Que hace ahí parada?¡Entre ahora mismo!
Abrió la puerta fuertemente y me tiró con todas sus fuerzas al suelo raspandome las rodillas y los codos.
- Por fin llegas Daniela, tan hermosa como siempre
Alzé la mira, la habitación estaba completamente llena de humo de cigarros y olor a alcohol. Estaban en una mesa circular roja cuatro hombres uno con una mujer cada uno, seguro que eran compradas como yo.
- Tenias razón Evans, es muy guapa. Te importa que le saque una foto? Dijo uno de ellos.
- Claro, haz todas las que quieras. Dijo orgulloso
- Vaya, perdí la apuesta, pensé que no superaría a mi querida Anastasia, pero es hermosa. Dijo otro dándole a Evans un fajo de billetes mientras este reía.
- Daniela, ven aquí. Señalando sus piernas
Con miedo fui hacia él y me senté en sus piernas.
- Que bien entrenada la tienes. Hablo otro hombre
- Pero no creas que fue fácil. Los primeros meses se quería escapar a todas horas para volver con sus padres y la tuve que castigar varias veces. En señales como te castigaba tu señor.
Le mire a los ojos diciéndole con ellos que no quería y él me contestó con una mirada furiosa
-¡Hazlo!marcó la palabra.
Temblando y casi llorando, me levante y Empeze a desabrocharme la camiseta y después él sujetador, después me di la vuelta llorando.
-¡Madre mía Evans! Pedazo cicatriz le has dejado.
                                  XXX
Unos días después de haber llegado a la mafia todos los días intentaba escaparme y volver con mis padres, pero Evans se dio cuenta y se enfadó. Fue a la habitación donde ahora es mi habitación, me agarro del pelo y me llevó a otra habitación llena de armas. Me encadenó con los brazos hacia arriba, se fue a un armario y saco un gran látigo de cuero negro. Asustada intente zafarme del agarre de las cadenas, pero me fue imposible, se acercó a mi por detrás.
- Las niñas malas, deben ser castigadas.
                               XXX
Y no puedo recordar más, es demasiado doloroso para recordar. Estaba por volver a vestirme pero Evans me interrumpió.
- Espera, no te vistas todavía. Vamos a divertirnos todos juntos.

Dark rainbowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora