Aún después de meses, Jisung seguía sin humectar sus labios. Y si bien al principio esto era algo desagradable para Mark, ahora estaba realmente acostumbrado a ellos.
Fue por eso que no esperó ver los labios de su pequeño novio totalmente suaves e hidratados. Se sentía realmente distinto, y, Dios, en serio le gustaba.
Su madre le dijo muchas veces que las adicciones eran malas, pero Mark creía que la suya por los labios de Jisung era todo lo contrario.