06/10/16 23:59 pm
Es un poco complicado hablar de la vida cuando la mayor parte de ella no te la pasas viviéndola si no preocupada en otras cosas que crees más importantes. El tiempo es muy relativo y si no empiezas a vivir y a aprovechar tu vida, cuando seas mayor te puedes arrepentir de no haber hecho cosas que querías.
Este no es un sermón del porqué desperdicias tu vida ni nada por el estilo, porque no creo que nadie lea esto. Más bien creo que son palabras de mí para mí, aunque sería muy interesante e increíble, de cierto modo, que alguien se sienta identificado con las cosas que escriba y que probablemente siga escribiendo.
Comienzo hablando de la vida porque a veces uno tiene mucho miedo de arriesgarse en hacer cosas, como yo particularmente, soy una persona que se demora mucho tiempo en tomar una decisión, a veces suelo tomarlas muy rápido pero casi siempre me demoro. Y sí, puede ser que sea una persona muy indecisa, pero mas bien creo que es miedo. Miedo de arriesgar y fallar, de dar y al final no recibir nada. Es algo que debería aprender a mejorar, pero trato de a pocos.
¿De eso se supone que trata la vida no? equivocarse y aprender, caerse y levantarse, perder y ganar. No siempre todo va a salir como tu quieres, y la verdad casi nunca las cosas van a ser exactamente como tú las quieres, nunca te vas a quedar satisfecho con algo, y generalmente tu vida se va a volver un círculo vicioso, te equivocas, aprendes, te vuelves a equivocar y vuelves a aprender algo nuevo, así durante toda tu vida.
A veces quisiera ser de esas personas que son seguras de las decisiones que toman. Te puedo tomar una decisión y al segundo siguiente empiezo a pensar en las cosas malas que pueden pasar y mi decisión cambia totalmente, odio eso, odio ser tan negativa, odio siempre verle el lado malo a las cosas, pero a veces pienso que es algo bueno o no sé la verdad, tal vez sea porque es como una autodefensa, por miedo, como lo dije antes.
Soy una persona muy sensible y por eso trato de cuidarme de sentirme mal de alguna manera, por ello también siempre me demoro en tomar decisiones que tengan que ver con mis sentimientos. Y la verdad no creo haber acertado la mayoría de veces en mis decisiones.
Es claro que me voy a seguir equivocando, solo espero que al menos me salgan algunas buenas.