Capítulo 2

13 0 0
                                    

- Ven Ciara - dijo Evan mientras reía y se formaba una dulce sonrisa en su rostro y se reflejaba la luz del sol en su cabello rubio formando brillos dorados en él.

Decidí acercarme a él para caminar juntos, nos encontrábamos en el parque, no recuerdo muy bien como es que llegué ahí, pero no me importaba mientras estuviera con Evan.

Comenzamos a caminar por el parque y por entre los árboles, y comenzé mirar él cielo azul, mientras los pájaros volaban por aire, tan libres y llenos de vida.

-Quisiera ser como ellos- Pensé

Caminamos hacia los columpios, me senté en uno y Evan en otro a un lado mio, comenzé a balancearme, y en ese momento se me ocurrió una idea.

-Evan, que tal si jugamos a algo-

-Si, claro, a que-

-El que se balanceé más alto gana-

-Está bien, te ganaré-

-No lo creo-

Ambos comenzamos a balancearnos en los columpios tan alto, hasta el punto de que salimos disparados por el aire, hasta caer al suelo, caímos tan cerca uno del otro que lograba ver esos ojos perfectos y azules, que combinaban a la perfección con el cielo.

-Ciara, sabes tengo que confesarte algo- En ese momento mi corazón comenzó a latir de una forma tan acelerada, que pensé que este se me saldría de mi cuerpo.

-Si, dime- Le respondí tratando de parecer lo más calmada posible, aunque me estaba muriendo por dentro, él me gustaba desde el día que lo ví por primera vez, pero nunca había tenido él valor de confesarselo.

- Es que tu.... Me gustas- Con el simple hecho de escuchar esa palabra, esa palabra que estuve deseando escuchar tanto tiempo, hizo mi corazón estallar, y sin pensarlo, me acerqué y lo besé, fue un beso tierno, y lleno de amor como siempre lo imaginé. Cuando pensaba que todo no podía ser mas perfecto...

Boom!!

Un fuerte grito me despertó, todo había sido un sueño para mi mala suerte, muy adentro de mí lo sabía era demasiado perfecto para ser verdad, aunque creo que a pesar de haber sido un sueño nunca había sentido tanta felicidad y libertad en mi vida, nunca había sentido esa brillante sensación del viento frio moviendo mi cabello, los pájaros volar libremente por el cielo y por supuesto las palabras que nunca me diría Evan, era algo triste pero en el fondo sabía que era verdad.

-Vamos Ciara apresurate o llegarás tarde a la escuela- Gritó mi abuela en un tono no muy agradable y realmente molesto, si había algo que me molestaba en verdad eran los gritos. Todavia seguía sin regresar totalmente a la realidad, todo había pasado demasiado rápido de un momento estar en mi lugar perfecto lo que siempre había imaginado, en la felicidad absoluta con en esa calma iluminar todo mi ser para que en un segundo regresara a la triste y cruda realidad.

Comencé a cambiarme con el uniforme de la escuela, no era un uniforme que me agradara del todo pero tenía que usarlo, aunque no era de la clase de chica que le preocupara mucho lo superficial. Cuando terminé de cambiarme guardé mis cosas en mi mochila y me dispuse a bajar para ir a desayunar.

Me acerqué a la mesa para sentarme a desayunar, como siempre en el desayuno no faltaban los sermones de mi abuela y mi padre, aunque no hubira hecho nada malo siempre tenían algo que decirme. Terminé mi desayuno y cepillé mis dientes y caminé hasta la parada de autobús.

Siempre me había gustado escuchar música especialmente en el autobús, supongo que a todo el mudo, pero a mi en especial era algo que realmente me calmaba, hay veces que la música expresa perfectamente como se sinte tu alma, además el día de hoy era unos de mis favoritos, me encantaban los días nublados, fríos y lluviosos, no los días soleados como los demás, dicen que en los días nublados y fríos hay un mayor índice de suicidios según los especialistas por que ocasionan depresión lo contrario a los días soleados, pero a mí en especial eran mis favoritos, me causaban una tranquilidad inexplicable.

Llegué a la escuela justo a tiempo, como cinco minutos antes, saludé a Jade y Evan, como todos los días y platicamos de temas sin importancia, había veces que hablábamos de cosas realmente tontas, pero no me importaba ellos eran mi felicidad creo que si no fuera por ellos ya me habría vuelto loca. Nunca me habría imaginado que me llegaría a gustar tanto la escuela no por estudiar y las clases, sino por que era el único lugar en el que realmente me sentía libre sin la presión de mi padre y abuela, que irónico sonaba eso cuando la mayoría de las personas veían la escuela como una cárcel, pero para mí era mi lugar perfecto, podía ver a mi amigos y lo más impirtante ahí no sentía esa presión que sentía constantemente en mi casa.

Sonó el timbre y cada quien se dirigió a su salón, me dirigí al mio tenía clase de literatura, a diferencia de las demás clases esta era mi favorita por mucho, siempre me había gustado la literatura porque podía escribir sobre mis sentimientos y plasmar mi alma en un papel, como mi maestra de literatura decía

"La pluma es mejor arma que una espada"

Siempre había pensado eso, hay poemas, historias, libros, canciones, infinidad de cosas que se han creado con el fin de poder expresar rus sentimientos, y tu alma. Por ese motivo era mi clase favorita. Pasaron las horas y llegó la hora del almuerzo, me senté en una mesa con mis amigos mientras comía una rica ensalada de pollo.

-Oye Ciara tenemos que ensayar el baile para el concurso cada vez falta menos- Dijo Jade mientras le daba un sorbo a su té helado de limón.

-Claro, al final del almuerzo podemos ensayar ya que tenemos una hora libre- Le contesté mientras comía mi ensalada, todos los años hacían ese concurso en la escuela y siempre daban un premio sorpresa al primer lugar, nunca se sabia que era pero siempre era algo bueno.

En fin, terminamos de almorzar y a diferencia de otras veces nos salió a la perfección

-Creo que ya vamos progresando- Le dije a jade

-Si claro, creo que si podemos ganar-

Al terminar de ensayar salí del salón y miré en una banca a Evan sentado ya que siempre nos esperaba para irnos juntos a casa. Cuando salí él se levantó y me dijo

-Oye Ciara puedes venir un momento necesito decirte algo- Dijo en un tono algo nervioso

Mientras caminaba hacia él miles de pensamientos se me vinieron a la mente, que será lo quiere decirme, será algo importante, nunca se ponía nervioso y menos al hablarme, miles de pensamientos se me vinieron a la cabeza.

Seguí caminando y llegué a donde estaba Evan y le pregunté

- Que es lo que quieres decirme-

-Mira desde que te conocí había sentido esto pero no tenía el valor de decírtelo por el miedo de no saber lo que tu sentías y por miedo al rechazo y a arruinar nuestra amistad pero ahora estoy mas que seguro y prefiero arriesgarme a nunca haberte dicho esto-

-Si dime-

-Es que tu.. Me gustas. Siempre me has gustado desde el primer día que te ví-

-Tu también a mí no sabes lo que he esperado a que me dijeras eso, me gustas desde el primer día que te ví-

-Ciara, quieres ser mi novia-

-Claro que quiero Evan- Le contesté casi gritándole, y sin pensarlo me abalancé hacia él y lo besé siempre había esperado eso, nunca me imaginé que lo que había soñado tanto al fin sucediera no lo podía creer, espero que esta vez no sea un sueño pensé pero no lo era era la realidad lo que tanto había soñado incluso este mismo día en la mañana al fin se hacía realidad.

Pero mi felicidad no duraría para siempre, todo lo bueno algún dia tiene su fin, en especial para mí, que siempre que tenía algún momento de felicidad llegaba un momento de tristeza como si el destino me castigara por ser feliz o eso pensaba yo, nunca me imaginé lo que me esperaba y en lo que se convertiría mi vida...

Vivir en blanco y negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora