Era nochebuena, si me llama no esperábamos impaciente mente la llegada de mis padres para pasarlo en familia. Sonó una vez el timbre, alegre miré por la mirilla de la puerta, pero no eran mis padres.
Eres un hombre desconocido así que no le abrí. Pero pocos segundos despiece volvió a sonar, pero esta vez acompañado de tres y los golpecitos. Me decidí por abrir. Y aparte.
Era un hombre alto y moreno de ojos verdes, tenía los ojos brillantes y los dos paletas bastante separados y unos hombros altos apoyada sobre la espalda estirado como las de un soldado. Venía compañero de una mujer desatura media y de Peñarrubia, a diferencia de sus ojos, que eran de color marrón. Sin embargo también iba con la espalda muy estirada.
Los dos llevaban la placa dorada que colgaba decisiones formes. Les mires de reojo con sensación de desagrado y abrir la boca perpleja.
-no te asustes, no has hecho nada
-¿Y qué haces aquí?-responden.
-somos compañeros de la oficina de tu padre, nos ha pedido que pasemos a ver qué tal estáis, se van a retrasar para la cena.-dijo con intención de tranquilizarme
-por qué?
-A tu padre le ha entrado una persecución importante y ha tenido que acudir a comisaría, si quieres algo estamos fuera.Media hora más tarde mis padres no habían llegado y te voy a mis hermanas a la cama, pero yo me quedé despierto en el salón, sin embargo, minutos más tarde estaba dormida en el sofá.