A Horror Tale: Bower (Piloto)

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Billie:
El camino fue largo, no esperaba que durará tanto.
Había ganado una beca completa en la universidad Bower por gimnasia, al haber ganado las competencias estatales.
Nunca había pensado en la posibilidad de viajar al extranjero, ya que mi familia no son de altos recursos.
El paisaje era hermoso, yo siempre había vivido en la ciudad, el campo y los bosques era algo que solo había visto en películas y fotografías.
Mi estómago empezó a hacerse notar, en el avión no comí casi nada.
El sonido de mi celular me sacó de mis pensamientos, era mi madre.
-Hola mamá- contesté al desbloquear mi teléfono, -Hija, ¿Cómo estás?, ¿Ya llegaste?- antes de que me bombardeara con sus preguntas contesté -Excelente mamá, el paisaje es hermoso, me recuerdan a los cuadros de papá, ¿Como están?-
Mi familia es lo más importante para mí, si tuviera que describirme en unas palabras una de ellas sería familiar, los amo, una de mis metas a largo, muy largo plazo es formar una.
No es muy grande, solo somos mis papás, mi hermano menor y mi hermana mayor.
-Me alegro mucho hija, disfrútalo, te lo mereces, te paso a tus hermanos- se despidió e hice lo mismo. Mis hermanos me saludaron y me hicieron sentir mejor.
La poca melancolía que tenía desapareció.
Mi hermano chico se llama Pratick, tiene 10 años es muy infantil, juguetón y simpático.
Mi hermana Martha tiene 24 años trabaja en mi ciudad natal y es muy seria pero cariñosa.
En cuanto terminamos de hablar pasaron veinte minutos y ya estaba en las majestuosas puertas de la universidad. Pagué al taxi y entré con mis maletas
La universidad es tan grande como una ciudad. Los folletos y el internet estaban en lo correcto es enorme. Hay comercios en ella, teatros, parques, parecía que simplemente que estaba en otra ciudad y no en una escuela.
A lo lejos se divisaban los dormitorios, tenían un aspecto viejo, lúgubre aunque lo compensaba el resto del lugar.
Llegué a la torre de dirección en donde están las oficinas de la universidad.
Las puertas automáticas se abrieron y llegué a la recepción.
-Buenas tardes- dijo la señorita, -Hola-contesté -Soy Billie Stalion y vengo a inscribirme- continúe y ella dijo -Lo lamentó pero aquí no inscribimos, tienes que ir a matriculación y si tienes suerte te inscribirán, todavía no inicia el semestre-, -Oh, pero yo tengo beca y me dijeron que tenía que venir aquí- repliqué rápidamente -Mmmm...¿me repites tu nombre?- preguntó extrañada -Billie Stalion- ella alzó su teléfono volteo su silla y checó unos papeles.
La recepción era muy agradable sus muebles tenían un aspecto cómodo pero en cuanto vi el techo mi estómago se revolvió, era un mural muy poco o común, sacado de una película de terror, personas desnudas, algunos muertos, sangre y una persona en medio, con la cara pintada de negro, no se distinguían sus facciones,pero estaba sosteniendo con una
mano una daga y en la otra una chica moribunda, su cara era hermosa al igual que su cabello negro largo y su cuerpo. Pero sus ojos no tenían vida.
Lo más extraño era lo que tenía en el pecho el hombre. Un símbolo muy extraño.
Juro que ya había visto ese símbolo en alguna parte pero no sabía dónde.
-¿Te gusta?- dijo la recepcionista, ¿pero de qué habla? Es horrible, -Lo hizo una alumna en la facultad de arte, oh, tú también eres parte de esa facultad- asentí, pude sentir cómo cambió de tono al decir esa última frase, ella continuó -Hablé con la decana y quiere que pases con el departamento de administración, y después con ella, administración está en el nivel 4 y su oficina está en el 6- concluyó
-Muchas gracias-
Después de algunas horas y después de pasar del departamento de administración donde me explicaron todo:
Me dieron una tarjeta con la pagaría todo lo que compara pero tenía un límite al mes, me inscribieron. Tengo prácticas de Gimnasia al igual que competencias, y tengo que mantener buenas calificaciones.
Después de eso tengo los mismos derechos de un estudiante.
Estaba saliendo del elevador, camine en el pasillo, un estruendo salió de la oficina de la Decana se abrió la puerta y salió una señora de un aspecto fantástico para mí parecer.
-Te arrepentirás, no puedes hacer esto Anastasia- gritó la señora y caminó apresuradamente sin notar mi presencia.
La Decana estaba sentada sobando sus cienes,
-Buenas tardes-dije -Tu debes de ser Billie, nuestra futura promesa- me contestó tratando de ser amable pero algo de ella no me convencía. Hizo un ademán para que pasara y me sentara en la silla delante de su escritorio.
-Supongo, ¿me quería ver?- pregunté, ella asintió y dijo -Si, quiero darte la bienvenida personalmente- no, no puedo confiar en ella,
-¿Ya hiciste todo el papeleo?-, preguntó, -Ya-.
-Según tengo entendido elegiste, ¿Arte?- ella dijo con asco en si voz, -Así es, ¿por?- pregunté con curiosidad -Pues, eres una deportista, con excelentes notas, no creo que pertenezcas ahí-, sabía que tenía mis motivos, esos estereotipos no me gustan, -Bueno, el arte me encanta- seguimos platicando unos minutos muy cortos, es una mujer dura, de mente conservadora, en algunas ocasiones puedes sentir un ambiente de odio ella se despidió y me fui.
Salí de la torre con dirección a mi dormitorio que me habían asignado.
Ya estaba atardeciendo y el dormitorio estaba aún más terrorífico, sus colores eran oscuros y sus paredes algo desgastadas, la sala común es espaciosa y no me disgusta.
Mi cuatro estaba en el piso 4 así que decidí subir por las escaleras.
Encontré mi cuarto y entré.
Al parecer mi compañero ya estaba aquí y desde hace días pues el cuarta ya estaba sucio y sus cosas en los muebles que le corresponden.
Puse mi maleta en la cama libre. El baño estaba ocupado y se escuchaba la regadera encendida mientras empecé a desempacar.
El baño se abrió y encontré a una pelirroja que se sobresaltó al verme.
-Puta madre- dijo, -Lo lamento- trate de disculparme, -Está bien, solo que llevaba días aquí y no tenía compañera- dijo mientras se secaba su cabello -y de repente salgo de bañarme y estás aquí- empezó a reír bajito.
-Me llamo Billie ¿y tu?- si vamos a ser compañeras me quiero llevar bien, por lo que veo es buena gente. -Lillyan- dijo ella estrechamos las manos.
Hablamos mucho tiempo mientras me ayudaba a arreglar mis cosas en los pocos muebles que teníamos.
Es una chica muy divertida, y amable.
Es un encanto, pero compartimos muy pocas
cosas, las dos encontramos el dormitorio terrorífico y más los pasillos oscuros.
Cuando me di cuenta ya era de noche.
-Tengo que ir con mi novio, y de paso voy por algo de comer, ¿te traigo algo?- asentí y dije
-Aquí te espero-.
Aproveche el tiempo en ducharme y ponerme mi pijama.
Estaba viendo la televisión cuando de la nada quedé profundamente dormida.
Desperté en medio de un pasillo que no era el mío pero si sabía que estaba en el edificio de mi dormitorio, todas las luces estaban apagadas, al final del pasillo debajo de una puerta de un cuarto salía un poco de luz, no podía entender nada.
Tampoco estaba en mi pijama, tenía ropa que no conocía, unos shorts de mezclilla una chaqueta negra, una blusa roja y una botas.
Escuché gritos que venía del cuarto con luz, duraron varios minutos, yo solo cubría mis oídos.
Cuando terminaron, la luz se apagó de forma violenta. Después se abrió la puerta lentamente. No podía moverme del miedo. Escuché como me susurraban palabras que no conocía tal vez en otro idioma o tal vez no ponía atención, pues la puerta se abrió por completo bruscamente haciendo un ruido muy fuerte. Mi cuerpo se sobresaltó y vi cómo una sombra salía corriendo, la seguí con mi mirada a un lado de mi estaba una chica vestida igual que yo, tirada, recargada en la pared su expresión era horrible, podía sentir su miedo, su desesperación y su dolor, su mandíbula estaba abierta tratando de buscar oxígeno como si la estuvieran asfixiando, y hacia los mismos ruidos. Al pasar esto la reconocí, era la misma chica del mural del techo de la recepción, su pelo negro empezaba a caer al igual que sus dientes, poco a poco fue perdiendo su color y cayendo al suelo por completo. Al instante la puerta se cerró de manera sorpresiva.
Desperté a la mañana siguiente muy alterada.
Lillyan estaba despierta lavándose los dientes.
Tarde unos minutos en recuperar la calma.
-No te atrevas a hablarme- dijo Lillyan sentándose en su cama peinándose, -¿mande?-
Seguía sorprendida por el sueño, no entendía nada. -Yo de muy buena fe te traje la cena, desde el café hasta el cuarto y tú me lo agradeces durmiendo profundamente, por cierto que profundo duermes, traté de despertarte, para quitarte el control remoto, y no reaccionabas- dijo ella y era cierto me dormí encima del control. -Perdón, fue un día cansado, hice muchas cosas- ella bufó -Está bien, ¿vamos por una café antes de que te duermas otra vez?- reí y dije -Está bien solo me voy a bañar-
Después de una buena ducha y cambiarme de mi pijama salimos.
Estábamos caminando de salida del dormitorio cuando vimos a muchos policías hablando con alumnas.
-¿Que pasó?- pregunté a Lillyan, -Ni puta idea, pero voy a investigar- sacó su celular y empezó a textear.
Seguimos caminando, yo estaba concentrada en un chico de buen aspecto que estaba hablando con la policía parecía muy preocupado, más que todos los presentes.
-Mira- señaló Lillyan a un poste donde unos chicos estaban pegando algo a el. Nos acercamos y sentí como algo se acercaba.
Al estar más cerca sentí como si todo estuviera a cámara lenta al mismo tiempo sentía nauseas.
Era un cartel de una persona desaparecida, y la chica desaparecida era la misma de mi sueño y del mural.
Lillyan Brison: Emma Roberts

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⏰ Última actualización: Oct 30, 2016 ⏰

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