Dedicado al club de ¡lancemos el hacha de guerra!
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La escuela había terminado. Se encontraba recargado en un auto, mientras estudiaba para su examen de química que presentará la próxima semana. Como siempre, Hiccup Haddock siendo un alumno muy dedicado a sus estudios.
Le causaba rabia que hubiera algo o alguien que los distraiga de ellos... por lo tanto, estaba furioso con aquella chica de cabellos dorados y ojos azules. Si, le molestaba que ella ocupara parte de sus pensamientos y más le molestaba que ella no lo notara. Ella no era de las chicas más populares en la escuela, de hecho, era bastante reservada y muy poco expresiva. No solía juntarse con muchas personas, tan solo tenía una amiga. Sin embargo, la rubia era de las chicas más lindas del instituto, ya traía a más de tres detrás de sí.
Sonará un tanto acosador, pero Hiccup sabía a la perfección la rutina de su amor platónico. Le molestaba que ella no lo notara, pero no podía evitar sentir esa increíble atracción. Desde que entró a la preparatoria, no deja de pensar en ella. Fue la primera en cruzarse con su mirada, y fue la primera que lo hizo sentir una sensación bastante bella.
Por otro lado, no es que la rubia no estuviera al tanto de la presencia de Haddock, de lo contrario, sabía lo influyente que era este chico por sus buenas notas y, sobre todo, por su padre que ocupa un cargo importante en el gobierno de su país.
Cuando ella llegó, pensó que el tan mencionado Hiccup sería una persona prepotente y ególatra, pero con el paso del tiempo, notó lo amable que era con las personas. Era muy poco común escucharlo hablar de sus padres o de sus buenas calificaciones. Es un chico bastante servicial, que en su tiempo libre le ayudaba a los que batallaban con una materia. ¿Qué persona sería capaz de ocupar su tiempo libre en más matemáticas? -ya que es la materia más difícil para la mayoría del alumnado-, solo él. Nunca en su vida había visto a alguien tan dispuesto a ayudar a las personas.
Era algo que llamaba mucho su atención. Lo había juzgado de una manera, pero resultó ser una muy distinta.
Se llamaba loca a sí misma por haberse fijado en alguien como él, ¡ni siquiera lo conoce!
Así es, Astrid Hofferson sentía una fuerte atracción hacia el mencionado, pero eran sentimientos que ella quería dejar de lado. Ella no está para perder el tiempo en esas cosas. No quiere descuidar sus estudios por motivos como ese, mucho menos terminar devastada por una relación.
Es por ello que ha decidido no socializar con Hiccup, porque sabe que en cualquier momento terminará completamente maravillada con él. Sin conocerlo ya lo está y es por ello que prefiere guardar su distancia con él.
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31 de octubre 2016
Se había hecho tarde, estaba a punto de oscurecer.
Tuvo que detenerse a comprar algo para comer, ya que, en todo el día no había probado bocado.
A lo lejos de la tienda, Astrid Hofferson se encontraba comprando un cuaderno para matemáticas -el suyo ya no contaba con hojas-, cosa que no pasó desapercibida por Hiccup.
Le dieron muchas ganas de acercarse y saludarla, pero los nervios comenzaron a invadirlo de tan solo pensar que podría meter la pata. No quiere que la rubia se lleve una impresión torpe de él.
Suspiró, resignándose a esa idea tan suicida -según él- que había pasado por su mente.
Eran de mundos tan distintos y por lo que ve... también opuestos.
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24 horas
Fanfiction¿Qué ocurre cuando existe un día en el cual los delitos son totalmente legales? Sí eres una persona influyente, cuídate, porque tan solo tienes veinticuatro horas para sobrevivir... Cada centésimo Halloween, el gobierno permitió crear un día donde...