Fix You || Harry y Neley ||

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Tomé a Edward en mis brazos y lo subí al coche, haciendo caso omiso a las palabras de Harry. Lo protegí con el cinturón de seguridad, tomé la pequeña mantita que llevaba siempre con él y se la dí, no dudo en abrazarla y frotarla por su mejilla. Lo miré y los ojos se me ahogaron en lágrimas.

—¿Mami?. —su pequeña voz como terciopelo resonó en mis oídos estremeciendo cada parte de mi cuerpo.

—Ya vuelvo.

Besé su frente y me dispuse a enfrentar al padre de mi hijo. Cerré la puerta con cuidado, para no asustar a Ed, ya estaba lo suficientemente asustado por los gritos de Harry y los míos, no iba a dejar que esto pasara, que mi hijo sufriera por estas estupideces.

—¡No permitiré que te lo lleves de nuevo!. —me advirtió acercándose a mí.

Podía decir que los vecinos en cualquier momento podrían salir y presenciar de la escena, pero también sabía que a él eso no le importaría, meter un poco de dinero en sus bolsillos los podría dejar callados como tumbas.

—No lo alejaras de mí de nuevo.— sus nudillos eran blancos de tanta presión que hacían sus manos formadas en un puño.— No lo harás.

—A mí no puedes venir a amenazarme, Harry. Yo no soy uno de tus empleados, no soy tu esposa.—lo amenace con el dedo, chocando con su pecho firme.

Él tomo mi muñeca y pego bruscamente su cuerpo con el mío, Nuestras respiraciones chocaban y eran pesadas, aún seguía siendo el hombre que amaba, el hombre perfecto. El padre de mi hijo.

—No puedes alejarlo de mí, soy su padre.—levante la mirada y la clave en él. Sus ojos mostraban dolor, arrepentimiento y pena.—No, por favor, no lo hagas.

Sus nudillos acariciaron mi mejilla con delicadeza y miedo. Miedo de volver a tocarme.

—Yo no voy a permitir que mi hijo salga lastimado.

—Él también es mi hijo.

Me aleje de él, empujando bruscamente su cuerpo del mío. Alejándolo de mí.

—Nunca te importa otra persona que no seas tú, Harry. Él se ha convertido en mi vida y no voy a dejar que tú la destroces. Nunca te importe y nunca te va a importar él.

—No digas eso. ¡Demonios!. Te amaba y lo sigo haciendo.

—Te casaste luego de que te dijera que estaba embarazada, me mandaste al demonio diciéndome que estuve con otro, que no era tu hijo. No me escuchaste a mí, escuchaste a tus padres, nunca lo hiciste. Y eso no es amor.—le reproche con la boca seca y las palabras cayendo en picada de mis labios.— Tú sabías que fuiste el primero y el ultimo, pero te deshiciste de mí como una basura.

Él suspiro agotado.

—¿Y sabes qué fue lo peor? Alex, ella me convenció de que te insistiera para que tú sepas que este era tu hijo, lo hice. ¿Recuerdas aquella noche? Claro que recuerdas aquella jodida noche, te llame y lo primero que escuche fue decirte que era una zorra. Y que nunca reconocerías al bastardo. Habías llamado a tu propio hijo bastardo. Siendo que la mierda de todo esto eras tú, tú eres el maldito bastardo.

—¡Lo siento! ¿Sí?—gritó, su rostro se volvió rojo. Revolvió su cabello, desordenándolo más de lo común.— ¿Qué quieres que te diga? ¿Que fui un completo idiota y que estoy arrepentido?. Pero yo no soy el villano de esta historia y lo sabes.

—¿De qué demonios hablas ahora?.

—Cuando me llamaste y te dije toda aquella mierda sin pensar, vi el error que había cometido. Había tomado el primer vuelo y cuando llegue ¿Qué vi?, a ti besando al idiota de James. ¿Y me dices que fui el ultimo?, Zayn me había dicho que no eras buena para mí, que me engañabas, fui otro idiota que utilizaste, ¿Cómo iba a creer que ese niño era mi hijo?.—apuntó a Edward quien nos miraba asustado desdés dentro del coche.

—No puedo creer que no me conoces. James fue la persona más sincera, compresiva, el cual estaba dispuesto a ser el padre de un niño que no era su hijo. ¿Sabes por qué? Porque él si me amaba y yo como idiota deje caer esa oportunidad por ti.—Pase el torso de mi mano por mi mejilla borrando cualquier rastro de lágrimas. —Porque aún tenía la esperanza de que una noche vendrías y me dirías que estabas arrepentido, que te ibas a quedar conmigo...espere esa oportunidad cuatro años, la cual nunca llego. Porque aún seguía enamorada de ti, sigo enamorada de ti, idiota.

El silencio se hizo presente. Dejamos caer un gran suspiro cansador, hiriente para nuestros cuerpos, baje la mirada, no podía levantarla, no quería levantarla o sino iba a caer de nuevo en él, en el dolor que he retenido todo este tiempo, no quería que Edward sintiera lo que yo sentía, no quería que él tuviera que ver todo esto.

—Debo irme.

—No, no puedes hacerlo.—hablo bruscamente. Me gire y me vi permitida abrir la puerta, él se acercó sin previo aviso y tomo mi brazo, haciendo girar mi cuerpo.— No, ¡No! ¡Peleare por él, lo sabes!.

—¡Me importa una mierda!.—escupí en su rostro, ese perfecto rostro.—No permitiré que me lo saques. ¡Lo juro, no lo harás!

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