Estabamos sentados luego del segundo ascensor del hotel, en el sillón más grande. Teniamos las valijas enfrente nuestro, ya era nuestro último día y teníamos que volver a nuestras respectivas casas.
Él estaba sentado junto a mi.
Me fijé la hora en el celular, eran las 11:11, entonces le dije:
-Son las 11:11, pedí un deseo.
Y él me miró y me dijo:
-Volverte a ver.Mi corazón dió un vuelco, no quería dejarlo ir, no quería que ese viaje terminara. No quería tenerlo alejado de mi y mucho menos no volver a verlo (probablemente).
