1º ESO.
Aquel día mientras caminaba arrastrando los pies hacia el instituto sentía que estaba nervioso. Más nervioso de lo que había estado en su vida. Iba mirando el suelo para evitar el impacto. Cuando llegó a la puerta se negaba a entrar; él quería pararse y huir corriendo por donde había venido, pero su cuerpo siguió andando en dirección a las listas. Trató de no mirar a su alrededor, a la cantidad de gente que llenaba el patio esperando a ser llamados para entrar en clase. La gente formaba grupos y conversaban alegremente entre ellos. Seguro que lo miraban y pensaban <<pobre, está solo>>. Ya no arrastraba los pies, ahora iba muy decidido a cruzar la marea de gente para poder llegar al tablón de anuncios y a ver qué grupo le habían asignado. Le latía el corazón con fuerza, pero seguía avanzando.
Esperaba que alguien se acercara a saludar, a hacerle alguna pregunta, a darle un poco de conversación mientras esperaban a que los llamaran a entrar. Pero eso no iba a pasar. Conocía a personas capaces de crear un caparazón externo y falso que las protegía de sus inseguridades y les permitía ser sociables, pero él no era una de ellas. Logan era alguien muy transparente y fiel a sí mismo, aunque muchas veces detestaba su forma de ser, era lo que era y era incapaz de esconder algo tan obvio. Pero en estos casos deseaba ser una esas personalidades falsas que tanto ayudaban a la gente a hablar con los demás. Porque ser realmente extrovertido era algo a lo que no podía optar, no era su naturaleza.
Una vez supo en qué grupo le tocaba ir salió al patio a esperar y se sentó en el suelo, apoyado en una columna. No había nadie más sentado de esa manera en todo el patio. A lo mejor estaba prohibido, aunque era improbable. De todas formas no se iba a levantar ahora que se acababa de sentar. Nadie hace eso. Al otro lado de la multitud vio a un chico que también estaba solo. Estaba algo gordo y llevaba una camiseta verde militar más ancha de lo necesario. Miraba su teléfono sin prestar demasiada atención a lo que ocurría a su alrededor. Le fascinaba la tranquilidad con la que permanecía allí de pie. Su madre ya le había advertido que no estuviera nervioso, que como él había muchos niños que tampoco conocían a nadie y que todos estaban deseando hacer amigos. Pero la verdad es que no era muy bueno haciendo amigos. Ni en nada en especial.
Entonces entró por la puerta de la valla un niño que parecía de su edad que se paró al lado de la columna donde estaba sentado Logan. El chico se puso a observar el patio, como si estuviera buscando a alguien. Logan se dio cuenta de que no había ido a ver las listas, pero tampoco se quería entrometer, puede que ya hubiera ido antes y hubiera salido fuera un momento, algo también improbable, su cara parecía pedir ayuda.
Dar el primer paso no estaba en sus planes, pero sus planes no se estaban cumpliendo en absoluto, así que se aventuró a hablarle a aquel niño perdido. Se levantó del suelo y con el corazón a punto de estallar se acercó al chico.
-- Eh, hola, soy Logan ¿sabes que hay que ir a mirar las listas para saber en qué grupo estás?
--¿Eh? Sí, sí las listas --dijo el chico.
--Pero ¿sabes donde están? --insistió Logan.
--No, estoy buscando a mis amigos para ir juntos a buscarlas --miró fijamente a Logan--, pero no los encuentro.
-- Ah --dijo Logan--, yo no conozco a nadie. Era por si querías que te dijera dónde están.
--Claro podemos ir ahora y luego buscar a mis amigos.
Si tenía amigos eso significaba que quizá era un chico de segundo, pero pretendía que fueran juntos a ver las listas, y eso fue un gran alivio.
--Estoy en 1ºB ¿y tú?
--¡Yo también! No me lo creo --dijo Logan muy contento. O demasiado contento.
--¡Genial! Me llamo Raúl.
Y a partir de ese instante comenzaría una amistad que duraría todo un curso, pero no toda la vida.
Cuando entraron en clase conocieron a dos chicos más, Pedro y Nico, mientras buscaban gente para jugar a fútbol. Ningún amigo de Raúl era del grupo B, pero Pedro y Nico, que llevaban juntos desde la guardería, sí que conocían a otros chicos de la clase. Logan era el único de su antiguo colegio que había ido a aquel instituto porque estaba más cerca de su casa y podía ir andando. Y su madre le había dicho que habría más niños como él, pero lo cierto es que era el único que venía completamente sin conocer a nadie.
Sus amigos al principio solo pensaban en jugar al fútbol. Logan no estaba muy interesado en el tema, pero además le preocupaba tener que compartir la pista con la gente de otros cursos. No estaban solos en el instituto y Raúl ya estaba pensando en juntar a sus amigos y hacer partidos entre las clases de primero. Pero fue pasando el curso y descubrieron que habían tres pistas, una para cada dos clases, y que tenían que compartir con los de segundo curso. Los amigos de Raúl habían formado equipos con sus propias clases y finalmente hubieron partidos oficiales de A y C contra B, muchos de los cuales se jugaban los fines de semana.
El equipo de 1ºB era un buen equipo, además de ser muy amigos entre ellos. Sumaban 10 chicos en el equipo, pero solo podían haber 7 en la pista. Pedro solía jugar en todos los partidos al igual que Raúl. El resto iba turnándose el banquillo.Tenían a cuatro líderes y fundadores del grupo, los cuatro que no se perdían ningún partido aunque fueran solo a mirar. Raúl, delantero, siempre tratando de ser el protagonista. Pedro, el mejor portero de primero, un chico tranquilo con el que nunca nadie se enfadaba. Nico, defensa por decisión propia, buen amigo de todos, siempre intentaba ayudar, muchas veces el pacifista cuando había pelea. Y por último, aquel chico que nunca había sido protagonista de nada, aquel chico al que no le importaba estar en la pista o en el banquillo, Logan, centrodelantero, siempre detrás de la sombra de Raúl, era el mejor jugador del equipo de 1ºB con diferencia, pero nadie le daba mucha importancia, ya que Logan tampoco. Pero lo que no sabían era que Logan pensaba que no era tan bueno, si seguía jugando era porque se sentía muy bien estando allí con todos. Y es que 1º de la ESO superó hasta sus mejores expectativas.
Pero las cosas cambiarían un poco a lo largo de la ESO.
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PRÓXIMAMENTE CAPÍTULO 3
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No more stupid love songs
Lãng mạn¿Qué ocurre cuando te enamoras de tu mejor amigo? Pues que empiezas a distorsionar la realidad, y con ello vendrán un puñado de problemas, mentiras y verdades. Te sentirás otra vez como cuando pasaste por tu primer amor adolescente. Espero qu...