Cartas para mi primer amor.

Dulces 18.

Lo más ansiado por una adolescente como yo, cumplir 18 años, ser mayor de edad tiene muchas desventajas pero puedo iniciar otra vida, una sin una señora de cuarenta y tantos años hablando constantemente de lo mal que va su hija en la vida.
Recuerdo el día perfectamente, faltaban 40 minutos para poder salir de clase, por fin terminarían y podría empezar mi año sabático, Rebecca y yo quedamos en casa de Emma para prepararnos para la fiesta, esta obviamente sería en mi honor, pero eso nadie lo sabía. Emma tenía la mayor colección de maquillaje que había visto en toda mi vida. Emma y Rebecca iban preciosas, yo en mi caso iba bastante sencilla.
Recuerdo también el final de esa noche, el "regalo" de Rebecca, un regalo que cambiaría completamente mi manera de ver la vida.
La noche fue increíble, justo como yo me imaginaba, era el momento.
Rebecca me tapó los ojos con una cinta y salimos del bar, no sabía a dónde íbamos pero confiaba en mis amigos, avise a mi madre de que iría de vacaciones con la familia de Emma, ella aceptó pensando que iría con sus padres.
Finalmente llegamos al metro, mi lugar favorito del mundo, siempre que quería pensar solía coger un metro y perderme.

Quedaban 6 minutos para que llegara, me senté en el borde de las vías para observar a la gente del otro lado, empresarios y más señores con traje y trabajos importantes, volvían los pensamientos sobre mi futuro, espero que este viaje me quite las ganas de tener un futuro como ese.