TOSKA ━ The Promised Neverland [Norman x Emma]

✦ TOSKA ✦

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Habían pasado más de cinco años desde el final de la gran guerra contra las bestias de más allá de los límites, los cuales estaban dispuestas a atacar el reino de Neverland y acabar con la raza humana para siempre, volviéndolo su ganado como antiguamente lo hacían sus ancestros, ellos no les importaba el trato que habían echo en generaciones pasadas con los seres humanos, solo les importaba saciar aquellas ganas de comer carne humana.

Liderados uno de los más fuertes e inteligentes de los suyos, había ideado un plan para esclavizar todos, convencidos de su victoria todo un ejercito de incontables bestias se dirigían hacia los límites del reino dispuestos a ganar, sin embargo, no tenían idea de lo que les esperaba. Los caballeros más poderosos los estaban esperando, e incluso campesinos se habían unido dispuestos a defender sus tierras.

Todos estaban siendo liderados por tres jóvenes guerreros que tenían muy en claro su sueño; acabar con las bestias. Estos habían intentado anteriormente entrar al reino y en algunas ocasiones si lograban su objetivo, el cual era comer seres vivos. Por la presión de la población los reyes de Neverland no tuvieron más de otra que entrar soldados para acabar con las bestias, pero en realidad les importaba muy poco sus vidas, solo les importa obtener impuestos del pueblo para seguir revolcándose en oro, hasta que una noche una horda de bestias atacaron el castillo y acabaron con todos los miembros de la familia real, quedándose sin un líder provocando que la población entrará en crisis, creando caos en el reino.

Emma, Norman y Ray eran los salvadores de Neverland, tranquilizando a la población y elaborando un plan perfecto para acabar con las bestias de más allá de los límites, y así fue. Creando una estrategia infalible para que esas sucias bestias no pisarán de nuevo sus tierras, sin embargo, a cambio cientos de vidas fueron arrebatadas, entre ellas la de Ray, un querido hermano para ambos jóvenes, y su corazón echo pesados al verlo ser devorado por bestias, sin poder hacer nada, sintiéndose culpables por la muerte de su amigo hasta el día de hoy.

— ¡Vivan los reyes de Neverland!— gritó alguien en la multitud con alegría— ¡Sir Norman y lady Emma!

— ¡Viva!— se escucharon los gritos de todos los presentes.

Ambos, Norman y Emma derramaban lágrimas de dolor, todo el pueblo los cataloga como los salvadores del pueblo, sin embargo, ellos sienten repulsión por ellos mismos, por no haber podido salvar a sus hermanos y amigos, ¿En serio no fueron lo suficientemente fuertes para darle la oportunidad a sus camaradas de escuchar a la multitud gritar sus nombres con alegría? Estaban seguros que a Ray le hubiera encantado.

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— Nunca lograré acostumbrarme a esto.— el peliblanco no tardó ni un segundo en quitarse la corona al entrar a la habitación.

La coloco con cuidado sobre la mesa principal de su alcoba, echando todo su cuerpo sin cuidado sobre su cama, dando un suspiro al sentir las suaves telas blancas contra su piel. Se sentía cansado por lo que pasó en el día, la coronación, la decisión de quien sería el nuevo rey de Neverland, o más bien, reyes. Ganando la disputa por votos y orden del pueblo que serían Norman y Emma los nuevos gobernantes.

— ¿En serio crees que seamos capaces?— murmuró la pelirroja, la cual no había dicho una sola palabra desde que entró a la habitación.

— ¿Hablas de gobernar Neverland?— levantó la vista antes las palabras de su compañera, y observo como caían las lágrimas por sus mejillas.

— Si no pudimos salvar a nuestros hermanos, ¿Crees que seremos capaces de gobernar una nación?— su voz se escuchaba quebradiza, cayendo al suelo sin reproche, aumentando su llanto.

— Oh, Emma.— no dudo ni un segundo, para levantarse y acercarse a ella para envolverla en sus brazos.

— Todos ellos muertos— sus sollozos aumentaban—. Phil.... Yugo....— su voz se iba quebrando aún más—.... Ray....

— No te atormentes de esta manera, por favor— acarició su caballera lentamente acercándola a su pecho—. A mí también me hubiera gustado que estuvieran con nosotros. Pero no podemos hacer nada, el pueblo nos ha...

— ¡Nosotros no somos heroes!— levantó la mirada, aún con lágrimas en su mirada se reflejaba la furia—. Todos ellos murieron por nuestra culpa, hasta fue cobrada la vida del verdadero salvador de esta nación; William Minerva.

A Norman le dolía con el alma ver a Emma así, cuando se había prometido cuidarla con su vida, y que no derramará ni una sola lágrima, ella no lo había echo desde la muerte de su hermano, su herida su había abierto de nuevo, y como no, ella fue la única que presencio la muerte de Ray, sintiéndose desde ese día culpable, pudo haber echo algo estaba segura, pero era demasiado tarde.

— No te sigas culpando— tomó ambas mejillas de la joven, mirándolo con melancolía—. A Ray no le hubiera gustado verte así, Emma. Es más, seguro que hubiera dado un fuerte golpe— soltó una risita, mientras que la chica inhalaba sus mocos—. Además— toco suavemente el vientre de la pelirroja—, le puede hacer daño al bebé.

— Tienes razón— murmuró, observando como Norman tocaba su vientre con cariño—. Al pequeño Ray no le haría para nada bien que su madre de ponga de esa manera.

— Es la pequeña recompensa que tenemos gracias a nuestra victoria en la guerra— acarició suavemente su cabello rojo, mirándola con dulzura—. Te amo, Emma.

Aquellas palabras las dijo con tanto sentimiento que para él fue inevitable no sonreír, sus ojos se cristalizaron y la pelirroja sintió como su corazón se acelerada. Mirándola con mucho amor, ella era tan pura y sencilla que en muchas ocasiones casi lo ciega, era la razón por la cual podía seguir sonriendo a pesar de todos sus miedos y dolor.... Ella era la razón por cuál podía seguir sonriendo justo ahora.

— Yo también te amo, Norman— sus lágrimas volvieron a caer, pero estaba vez de feliz y acompañado de una sonrisa—. Como no tienes una idea.

La envolvió en sus brazos, haciéndola sentir los latidos de su corazón, transmitiéndose todos sus sentimientos, seguridad, confianza, melancolía y sobre todo, amor.

— Y no hay que olvidar al pequeño Ray.— toco su vientre con una sonrisa.

Deseaban que su hermano Ray estuviera aquí para ser parte de esta nueva familia, pero al menos lo seguía siendo, desde el cielo.

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