Me paralizo al verlo encima de mí, trato de moverme pero el no me deja, me tiene agarrada de las muñecas y está encima de mí.
— ¡Quítate Zayn! —le pido.
—No—murmura.
Busco con la mirada a Niall, pero no está y eso me preocupa, me desespera.
—¿Donde esta Niall?.
Hago un movimiento brusco, y me zafó de su agarre, el cae al suelo, pero eso es lo menos que me importa ahora, solo quiero encontrar a Niall.
Observo que reía.
Bufo y camino hasta llegar a las habitaciones, todas están abiertas menos de Zayn, trato de abrirla pero esta con llave.
—Zayn abre tu put* puerta ahora— grito, desde su habitación.
—No está allí. —Dice acercándose a mí —Salió.
—¿Que?— logro decir.
Oigo que la puerta se cierra.
—Ya llegue.
Escucho, es la voz de Niall, corro hacia el, y veo que lleva en las manos dos bolsas con productos.
—Me tenías preocupada. Te marchaste sin avisar y….
—Te deje una nota. — comenta.
Miro a Zayn quien está a mi lado sonriendo.
—Que, yo no hice nada—
—Sí, claro— dije sarcástica.
—Hm,hm… bueno ____________ me ayudas traje unas cosas del supermercado.
—Claro por qué no y gracias por comprar.
—De nada. — dice, me regalo una cálida y dulce sonrisa. Que me derrite, y me hace temblar.
Miro a Zayn, quien me está observando, se muerde el labio, y se marcha. Ruedo los ojos y ayudo a Niall con las bolsas, lo colocamos en la pequeña mesa de la cocina.
—¿Sabes cocinar?- pregunte
—Algo-Digo dudoso- ríe
—Bueno se me apetece almorzar lasaña.- dije picaramente.—¿ sabes cocinarlo.? — Hise una mueca
—Si me ayudas.
Asiento, y que empiece la acción. Luego de media hora de puro desorden en la cocina el almuerzo está listo. Niall saca dos platos y sirve. Yo saco dos vasos y los coloca en la mesa, con dos tenedores, y una botella de Coca-Cola helada. Niall me pasa los plato los coloco en la mesa y nos sentamos.
—Nos quedo delicioso. — comenta.
—Mhh, sí. Eres un gran cocinero.— diije y sonreí
Me mira, la miro y sonreímos. Luego el voltea.
—Este _______________— me llama.
—Que pasa.?—
Busco la mirada de Niall pero ella la tiene en Zayn, quien está echada en el marco de la puerta.
—Y a mí no me invitan a almorzar.— dice, y carcajea.