Capítulo 4 - Obsesión por encontrarte

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-¿Por qué tan de pronto quieres ir a Corea? ¿Sucedió algo?- Me contestó intrigada, con sus pequeñitos ojos abiertos como platos.

-Me siento muy cansado y creo que necesito unos días de relajo. ¿No crees que todos necesitamos vacaciones para salir un poco de esta rutina?- Casi murmuré esa frase, tratando de no mirarla a la cara, ya que no era un buen mentiroso y esas acciones me delataban.

Zhou Lan me miró en silencio y luego me sonrió gentilmente.- Tienes razón... creo que en verdad necesitamos un descanso. ¿Cuándo quieres ir?- Posó su cuerpo en la puerta y cruzó los brazos.

Por mí, partiría de inmediato...

Lo medité un momento y contesté con una seriedad absoluta.

-Partiremos mañana.

Narra Lu Feng

Ya había pasado una semana desde el accidente y me sentía mucho más renovado, un nuevo aire y extrañamente una nueva forma de vida era la razón de mi buen humor. Diariamente hacía los mandados que la abuela me pedía y ayudaba en su tienda, y día por medio le echaba una mano al abuelo en la tierra. Sentía que no estaba psicológica ni físicamente acostumbrado a trabajos pesados, pero al menos servía para distraerme.

Oí voces a la lejanía, con algo de pereza me puse de pie y me dirigí lentamente a la sala de donde provenían dichas voces, era el comedor.

Traspasé la puerta y observé a alguien desconocido sentado junto a los dos ancianos. Era un joven de al menos unos 25 años que parecía estar calcado a la anciana, absolutamente él era su hijo. Esa persona me quedó mirando intrigado y luego hizo un gesto bastante antipático para saludarme.

- Y aquí está el Chino que nos trajiste ese día, Min Ho ¿No ves que es muy guapo y ya está totalmente sano? -Dijo la anciana mientras me miraba y se reía de forma traviesa.

-Lo siento, no me atraen las viejas. - Le respondí mientras me reía en un tono burlesco. Ella imitó mi risa.

Tomé asiento quedando frente a frente con Min Ho, quién me seguía observando como si me estuviera analizando parte por parte. Me intimidó un poco, algo que no solía ocurrirme. Nadie intimida a Lu Feng.

-¿Qué te pasa? ¿Te enamoraste de mí? - Me reí, mientras me preparaba una taza de café.

-¡Ya lo sé!- Golpeó la mesa y luego me apuntó, algo entusiasmado. -¡Eres el jefe de la compañía Chuan Yang! ¡Eres el tipo que se declaró homosexual frente a la televisión!

Homo... ¿¡QUÉ!?

Tanto fue mi asombro que no me percaté que mi mano derecha seguía echando agua hervida a mi taza hasta el punto de derramarse por un costado de la mesa, me di cuenta cuando tuve una sensación ardiente en mis piernas.

-Qué estás hablando, hijo. Te estás confundiendo. No se parece en nada a ese señor, ¿no es así?- Dijo la anciana mientras me miraba con una cara que solo yo podía comprender, ella estaba mintiendo.

-Así es, no me parezco en nada a ese... solo soy un chico común y corriente.- Dije mientras rodaba los ojos y trataba de limpiar la mesa. Había que ser un tonto para creer lo que acabábamos decir.

-Te pareces mucho entonces. -Dijo mientras tomaba un sorbo de su café, haciendo un desagradable sonido con la boca cada vez que lo hacía. -Mamá, no traigas más desconocidos así a casa, pueden ser peligrosos.

Es un imbécil.

Pasaron más de dos horas de conversación sobre como fue la infancia del hijo desagradable de la anciana, conocí hasta las más ridículas anécdotas de su vida y así logré convencerme de su estupidez genuina. Todo eso ocurría mientras yo no podía parar de pensar en las palabras que él me había dicho hace un rato.

A Round Trip to Love [Fanfic Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora