ADVERTENCIA: Léanlo bajo su propio riesgo e.e Un lemon con parafilias que escribí hace tiempo ♥
_______________________________________________________
Minho miraba a Taemin, el menor se había quedado dormido en su sofá. Suspiró, es niño irresponsable, se había quedado dormido ahí, a pesar de estar enojado. Habían peleado. Últimamente, lo único que hacían era pelear, discutir, sobre todo, por nada.
Acarició el rostro inmaculado. ¿No podían simplemente arreglar las cosas? No, Minho jamás dejaría de reprocharle a Taemin su reciente abandono. Habían sido amigos, los mejores amigos, desde infancia. Ahora, ya no más. Taemin solía ir todos los días, por la tarde, a la casa del mayor, hacerle compañía hasta el cansancio, pero hoy no. Taemin había llegado tarde, distraído, probablemente pensando en alguien más.
Celos, era la mejor palabra en la que podía pensar. Sentía celos, de que alguien más tuviera la atención del menor. ¿Por qué el mundo no podía entender que Taemin era suyo, y de nadie más? Cuando eran menores, no hubo problema, Taemin solía ser solitario, por su apariencia casi femenina, Minho era el único que le defendía, que le procuraba, día y noche. Ahora, el mismo aspecto del menor le hacía ser buscado por más gente, y Minho se sentía tan desplazado. Le era imposible no enojarse por cualquier cosa, con tal de llamar la atención del chico.
Ahí estaba, soñando con cosas, que probablemente correspondía a dulces y caricaturas. Taemin era tan predecible. Le despeinó, con cuidado, mirando como el niño pelirrojo fruncía levemente el ceño. Era hermoso, aun cuando se enojaba, y le gritaba que era el mayor idiota del mundo. ¿En realidad era un idiota? Lo era, su egoísmo le llevaba a discutir con la persona a quien más quería en todo el mundo. Nunca se lo había dicho, pero en algún punto del camino, se había enamorado, perdidamente de él. Delineó la nariz del menor, acariciando sus labios, recorriendo su cuello, hasta llegar al filo de su camisa. Esa camisa dejaba ver mucho. Jadeó, era tentador...
La jaló, primero del cuello, pudiendo descubrir uno de sus hombros. Era algo delgado, de piel muy blanca, suave, con ese brillo característico de él. Su respiración se cortó, ya no podía detenerse, el deseo que sentía era mayor. Taemin estaba tan indefenso, y ¡todo porque había decidido quedarse dormido ahí! Se acomodó a horcajadas, sobre el chico, subiendo esa camisa negra, culpable de haberle hecho caer en la tentación. El pecho del menor ahora estaba desnudo, y Taemin sólo había dado un pequeño respingo, sin realmente salir del mundo de sus sueños.
Subió sus manos, recorriendo la figura, hasta llegar a ese par de botones rosas. Estaba yendo muy lejos, si Taemin estuviese despierto, jamás hubiera pasado esto. Pero, estaba dormido, perdido en un espléndido sueño, donde de seguro no habían discutido. Minho siguió, sin pensar realmente las consecuencias, quería estar tan cerca del menor, antes de perderle por completo. No quería nunca dejarle ir, pero si su situación seguía así, sabía que dentro de poco, apenas y se hablarían. Le acarició, pellizcándole, logrando hacer que el chico diera otro respingo.
-Ahhh...- Se agitó. Minho le miró, sonriendo con sorna, Taemin realmente dormía de manera profunda. Bajó su boca, hasta donde su mano se encontraba, mordiéndole, jalándole con sumo cuidado de no despertarle. -...Hyung...¿Es un sueño?...- El menor parecía querer despertar, pero apenas y se movía, para quitarse de encima al mayor.
Minho sonrió, volviendo a pegar su boca en el botón rosa, succionando, con menos fuerza de la que realmente quisiera.
-Neh, Tae, estás durmiendo.- Susurró, en un arrullo, asegurándose que el chico no despertara. No es que no quisiera confesarse, y terminar ese acto, de manera consciente; pero, en realidad, temía que si el menor no le aceptaba, su amistad terminaría de romperse ahí, ahora mismo.
ESTÁS LEYENDO
Hyung, ¿es un sueño?
FanfictionDe nuevo habían peleado. Las discusiones entre Taemin y Minho se habían vuelto diarias. Y ahora, que Taemin dormía, el mayor no hacía nada más que contemplarlo. Pero, esa belleza, combinada con la paz del sueño, provocaron al mayor. Minho no pudo ev...