LLEGÓ EN EL MOMENTO EQUIVOCADO

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Ya han pasado casi 6 años desde que lo conocí. En nuestro primer encuentro tan sólo tenia 15 años. Él, un estudiante de bachillerato con 4 más que yo. Ese día estaba dispuesta a subirme a un escenario por primera vez, ese día estaba decidida a vencer a mi miedo a cantar en público, algo que me atemorizaba. Como tenia poco con ello alguien decidió ir a fastidiarme mi tarde, a lo que yo me vine abajo y pensaba en tirar la toalla, pero él sin conocerme de nada se acerco a mi y me dijo: “Lo haces genial Paulina, tu puedes”.

Esas palabras me llenaron de fuerza. Quizá en ese momento necesitaba un empujón y fue él quien me lo dio. Llegó el momento y me armé de valor, un valor que no se de dónde saqué pero que me hizo interpretar a la perfección esa preciosa canción que me recuerda tanto a él.

Pasaron los meses y a pesar de estudiar en el mismo colegio nunca nos cruzábamos, pero algún día tenía que volver a verlo. Llegó el día de Ramos, marzo de 2006, acudimos a la iglesia como cada año. Esta vez había un cambio, antes de ir a comer iríamos a tomar algo con unos amigos de mis padres. Cuando entro se me acerco una de las amigas me dice: “Paulina,este es Daniel, mi hermano”. En ese momento sentí una alegría inmensa, como si llevara esperando ese momento mucho tiempo. A lo mejor puede resultaros una estupidez, pero en ese momento sentí que tenia delante al amor de mi vida. Su físico no me impactó, no puedo decir que sea un pivón pero esos ojos…me hipnotizaban.

Mis padres empezaron a salir a menudo con su familia y ambos aparcamos a los amigos. Preferíamos salir juntos a pesar de nuestra edad. Reconozco que esos fueron los meses más felices de mi vida. La gente comentaba ¡Estos están juntos!, ¡Están enamorados!, pero ninguno decía nada. Sentí esa necesidad plena de estar todo el día con él, cuando llegaba a casa me pasaba horas y horas dando vueltas en mi cama pensando en si el sentiría lo mismo que yo.

Pero como dicen todo lo bueno se acaba y en mi caso no iba a ser lo contrario. Nuestras familias tuvieron una discusión y acabaron a mal. Yo, con 15 años, no supe como reaccionar, me estanqué y pensaba que si yo seguía siendo la misma con ellos mis padres no lo verían bien, así que consciente o inconscientemente dejé de mantener ningún tipo de relación con ellos.

Las primeras semanas me seguía saludando con él, pero ya nada era lo mismo. Sentía que me saludaba por saludar, que lo hacia por cumplir y yo de nuevo me quede sin valor, ya no tenia valor de mirarle a los ojos, porque cada vez que lo hacía me apretaba aun mas ese nudo que tenia en la garganta.

No podía evitarlo “Todavía me acuerdo de el” y es que todavía seguía intacto su recuerdo. Yo esperaba que algún día se acercara a mi y me dijera: “¿Raquel porque no me miras? ¿Porque haces como si no estuviera?” Ninguno de los dos lo hizo nunca.

Lo esperé durante un año. 365 días y yo en mi cartera tenía una foto con el que yo misma imprimí, que por cierto aun conservo. Admito que tenía posibilidades con otros chicos, pero yo prefería esperarlo a él. No podía perder la esperanza que aún me quedaba, así que viendo que estaba estancada en aquel capitulo de mi vida sin fin una de mis amigas decidió ir a hablar con él. Sí, sé lo que estáis pensando, esa tenía que haber sido yo. Le pregunto si sentía algo por mi y él respondió que no, cuando mi amiga me lo hizo saber se me vino el mundo encima, pero yo podía con todo, o eso creía.

Abril de 2007. Día de la sidra en un concejo cercano al nuestro. Un camarero, se fijó en mí, se quedo prendado de mis ojos, de mi sonrisa, o eso decía Decide buscarme e investigar sobre mí. No le llevo mucho tiempo conseguir mi correo, pues teníamos algún amigo en común. Se puso en contacto conmigo y fue claro y conciso, pero yo también lo fui Le dije que tenia una espina en el corazón, que lo estaba pasando muy mal y que no tenia ganas de conocer a nadie. Durante mucho tiempo, él fue mi pañuelo de lágrimas. Cada día que pasaba él se enamoraba más de mi y a pesar de eso el nunca dejo de aconsejarme que fuera a buscarle, que fuera sincera. Pensé que se merecía una oportunidad o por lo menos una cita y se la di.

Quedamos y se portó genial conmigo, me decía que a pesar de que yo seguía enamorada de mi primer amor él me esperaría. Le quería tanto… Empezamos nuestra relación lo que no sabía es que eso no era amor, era amistad, cariño, gratitud, no era amor.

Después de dos años juntos mi novio sigue echándome en cara que nunca lo quise ni podre querer como quise y quiero a Daniel, que mi vida es triste, porque me falta un pilar muy importante que es él, porque necesito abrazarle y decirle por fin mirándole a los ojos que lo amo más que a mi vida, después me puse a pensar  y asumir que el amor de mi vida llegó en el momento equivocado y que como tantas y tantas veces hay amores que no son correspondidos.

Espero que les guste.☆

Amores  Verdaderos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora