Ya llevamos tres días asentados en la vieja casa, en medio de la fría y nevada montaña, y la cosa no podría ir mejor; la inspiración no para de llegarnos y los tres escribimos como locos nuestro próximo relato. En el día a día seguimos una rutina verdaderamente estricta;
-Mañana: Desayunar y tareas.
-Tarde: Comer y Escribir.
-Noche: Escribir hasta caer rendidos.
Mark se encarga de preparar la comida con nuestras provisiones, Jeremías de salir a cortar algo de leña para el fuego, y yo me encargo de coger agua del pozo. Nuestras tareas solemos hacerlas siempre por la mañana, aunque ayer mismo, de tanto escribir, se nos hizo tarde y ni desayunamos ni nada.
A pesar de que todo marcha sobre ruedas, no se... es como que Mark y Jeremías actúan raro... no sé cómo explicarlo, pero es como una energía que desprenden, que me causa cierta perturbación ... de todas maneras, no me he molestado en preguntarles si se encuentran bien... tengo... tengo la sensación de que todo es producto de mi imaginación... quizá el sobre esfuerzo me esté afectando, si... apenas he dormido en lo que llevamos en esta casa... las ideas que me llegan a la cabeza lo hacen con tanta fuerza que me veo obligado a escribir y escribir, y apenas tengo tiempo para comer.
Ayer fui a recoger agua del pozo, nada mas despertar, pues quería ponerme a escribir lo más rápido posible... me sentía como en mi hábitat, como un león en la sabana... en mi entorno... más tarde, la comida ya estaba lista. Bajé con una pequeña libreta para seguir escribiendo mientras comía. Mark y Jeremías se me quedaron mirando, extrañados, pero no me dijeron nada... hablaban entre ellos... se... sé que me tienen envidia... soy el único del grupo que tiene un gran talento para escribir... quizá... quizá deba tener cuidado con ellos...
Hoy no he bajado a recoger agua. Mark subió para ver que me pasaba, le dije que me dolía la cabeza, y se marchó... ja... jajajaja... se lo creyó... quizá también tenga un don para actuar... en cuanto cerró mi puerta, rápidamente me senté en el suelo y empecé a escribir.
He escrito como 50 páginas pero... ¡El lápiz! ¡Se ha quedado sin punta! ¡Precisamente ahora! ¡Ahora que iba por la mejor parte! Esto... esto ha tenido que ser cosa de ellos... si... me han trucado el lápiz para que se me desgaste más rápido... y el sacapuntas... el sacapuntas lo guarda Jeremías... malditos bastardos...
Hoy me he despertado renovado y listo para escribir, ¡Y nunca me he sentido más animado! Ayer me ofrecí para preparar la cena, Mark, sorprendido, accedió, y preparé un delicioso estofado de carne, usé todo lo que nos quedaba de provisiones para hacer tal manjar, ¡Hasta mis compañeros me felicitaron de lo rico que estaba! Quien sabe... lo mismo tengo un don oculto para la cocina... jejeje... Mark nunca había hecho algo tan rico... su comida daba asco... si... ahora que lo pienso, sabía a mierda de caballo... Mark y Jeremías no se han levantado hoy, al parecer, el matarratas que añadí a sus platos les afectó más rápido de lo que pensaba. Bueno, con dos problemas menos, ya puedo dedicar plenamente todo mi tiempo a seguir escribiendo.
FIN
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Diario De Un Escritor
Horror(Edición nº1) Breve microrrelato que nos narra la historia de tres escritores desde el punto de vista de uno.