''Mi pervertido Ángel'' (JorTini)

Capitulo 3: ''Soy tú Ángel''

Capítulo 3

Me sobresalté, brinqué en la cama, él me miró extrañado.

-¿Co..cómo entraste? -pregunté mirándolo, estaba sudando.

-Siempre estoy adentro. -respondió.

-¿Siempre?- pregunté con preocupación.

-sí...- se levantó- ¿sabes que hablas y a veces gimes cuando duermes? -Preguntó sonriendo, negué con la cabeza-, pues lo haces

-¡Espera! -grité, él me fulminó con la mirada- ¿me ves dormir?- pregunte, él asintió.

-Desde el primer día que viniste al mundo...-confesó, mirándome extrañamente.

-¿Pero.. cómo? - volví a preguntar. - ¿quién eres? -pregunté de nuevo.

-Soy tu ángel -contestó seriamente. Rei irónicamente a carcajadas.

-¿Mi ángel? -pregunte sarcástica- ¡Claro! Y yo soy Anastasia Ateele- dije con sarcasmo.

-Eso te crees cuando lees ese libro, alucinarías por ser ella -habló-, una vez te imaginaste en el "cuarto rojo" con Grey-sonrió.

-¿Cómo sabes? -pregunté seria.

-Ya te dije. -se aventó en la cama.

-Esto es un sueño...- dije y me miró con una ceja levantada, inmediatamente me pellizqué.

-¡Hey! No te hieras, te lastimas, y como tu guardián, no debes de lastimarte -reclamo sentándose.

-Si eres un ángel, ¿por qué no tienes alas? -pregunté irónica.

-Los ángeles obtenemos las alas cuando cumplimos con nuestra misión, y en mi caso yo no la he completado-habló mirándome fijo.

-Ah... Y, ¿cuántos años tienes? -pregunté.

-Eso no se le pregunta a un ángel -sonrió. Su risa era... perfecta.

-Sólo... dímelo, como mi ángel tengo derecho a saberlo -miré la ventana..

-En la tierra tengo 19...-admitió-, en el cielo, tengo 133- concluyó, abrí mi boca formando una extensa "o".

-¡Eres viejo! -grité, él me miró furioso.

-no- corrigió-, tengo 19 - me corrigió.

-bueno, y si eres mi ángel, ¿cómo es que nunca te había visto? -pregunté curiosa.

-Siempre he estado ahí, no me veías, que era otra cosa -se acostó de nuevo.

-¿Y por qué ahora te veo? -pregunté.

-porque ya estas grande. - contestó.

-Entonces... ¿cuándo crecemos podemos ver a nuestros ángeles? -volví a preguntar, curiosa.

-No, sólo que a ti te tengo una propuesta -se levantó, me miró de pies a cabeza-, llevo tiempo cuidándote, Martina -habló- y... has madurado- sonrió

-¿Y eso qué?- pregunté.

-Te tengo una propuesta -repitió- ¿quieres escucharla? -asentí.

-Bueno, lo que pasa es que...

-¡Por un carajo! -escuché un grito de afuera, que interrumpió a mi "ángel"

-Me tengo que ir -dijo agitado.

-pero... -protesté.

-Luego te digo -corrió la ventana.

-Espera... ¿cómo te llamas? -pregunté.

-Jorge- contestó, se volvió a escuchar un ruido más, miré la puerta y cuando volteé a la venta, él ya no estaba....

-Jorge -pensaba.