Tincho y su verídica historia

15 2 1
                                    

Hace un tiempito atrás recuerdo que estaba ensillando mi picaso, y mi recao junto con el lazo en el lomo le tiré. Salí por la tranquera de atrás al tranquito en mi caballo a recorrer los potreros. A unos metros pude ver a mi toro chersi que saltó el eléctrico y se fue al galope para el lado de donde mis muchachitos, Julio y Ernesto que estaban jinetiando en un tachito. De un trote limpito, al toro le llegué y le grité: guarda toro!!! pa' que escuche y un pechazo le pegué, hacia atrás lo hice volver. Como ya no había más nada para hacer, antes del anochecer de vuelta para mi rancho llegué, enrollando el lazo despacito me bajé y ahí nomas lo desencillé al picaso y al arado lo largué.
A mi china le grité que en un charco me había caído, le dije que el agua me pusiera para lavarme un poco y ahí nomás llenó la caldera poniéndola en las brasa, a comer me senté, cuando vi que el agua estaba caliente la bombacha manotié y enseguida un baño me eché, al sentir que estaba limpito y fresco de un salto en el catre me acosté.
Al otro día temprano si era cosa de no creer amaneció pa' llover,  la pava puse a entibiar y a mi china la hice levantar para que me preparara el poncho, la bombacha, camisa blanca y  las bota de potro, que en un rato ya me iba a cazar un macarrón, para la yerra de Pereyra encaré, salí con el cuero mirando cara pa' atrás y de pasada nomás levanté unos huevos de tero, por el potrero viejo pasé y a mi tostao lo encontré que estaba enredao despacito me le arrimé y al verlo flaco y sumido, la tenaza de mi recao saqué y al borde del palo corté,  ahí nomás lo embosale y un valde de ración le llevé.
Al llegar a lo de Pereyra mi historia le conté y ahí nomás al corral me acerqué y la mano al sombrero  me eché para saludar a la paisanada, mi lazo trenzado de seis manotié y a un toro las dos manos les junté.
Al ver que estaba contenta la pionada,  una milonga al lado del fogón  les canté,  ya se había hecho de noche y para las casas había que partir,  saludé a los gauchos  y para donde estaba mi picaso encaré mi cuero pampa le eché y una hora tardé para llegar a mi rancho, mi esposa  y mis hijos ya dormían. La pava puesta tenia y antes de acostarme, sin hacer alarde unos mates me tomé, al otro día me levanté y pal corral me arrimé, unos rastreros encontré rompiéndome los corrales con el facón lo topé y a uno maté, pero no me di cuenta que por atrás uno me venía... le dije mamá mía que dios me ampare...
"Hay hombres que de su ciencia tienen la cabeza llena;
hay sabios de toda mena, más digo, sin ser muy ducho:Es mejor que aprendan mucho al aprender cosas buenas"

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 13, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

TINCHO FIERRONAZO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora