Quédate a mi lado...

Arriesguemos!

Después de hablar con mi padre estaba viendo televisión y escuche que tocaban a la puerta así que me puse de pie y cuando vi quién era me arrepentí de haber abierto

-Doctora Tyler? - Era la misma joven con la que había visto a Demian anteriormente, ella realmente parecía sorprendida de verme, me miró de pies a cabeza y no pude evitar sentir pena por la manera en que yo estaba vestida y ella me miraba

-Hola, disculpa como me dijiste que te llamas? - Pregunté para cortar la tensión

-No se lo dije pero mi nombre es Rose y vine a ver a Demian

-Él no se encuentra y creo que regresará hasta la noche

-Puedo pasar? - Preguntó y no entendía por qué rayos quería entrar si le acaba de decir que Demian no estaba? Y aunque no quisiera dejarla pasar era amiga de él y no pude negarle la entrada

-Claro, adelante - Dije señalando hacia dentro. Nos sentamos en el sofá frente al televisor y ella me miraba un poco consternada

-Parece que ya está mucho mejor que anoche

-Aaaa! Anoche, sí estoy mejor muchas gracias - Sentí tanta pena por la manera en que me había visto la noche anterior

-Doctora, puedo contarle algo?

-Claro y no es necesario que me digas Doctora, con Emily es suficiente

-Por supuesto - Dijo haciendo una pequeña sonrisa - Sabes... No sé si a ti te paso lo mismo que a mi pero cuando yo vi a Demian por primera vez supe que él no era como todos los jóvenes de su edad, supe que no era del tipo de hombres que anda con cualquier mujer, eso hizo que llamara mucho mi atención, durante varios días lo observe en la universidad hasta que me di cuenta que me gustaba más de lo que imaginaba así que decidí arriesgarme y empecé hablarlo, al principio era un poco serio y cortante pero luego fui ganándome su confianza y conforme pasaban los días él era más alegre conmigo; yo sabía que de alguna manera él sentía algo por mí, tal vez solo afecto o cariño de amigos pero eso no me importaba porque yo estaba decida a ganarme su amor y estaba segura que si luchaba tal vez él podría llegar a verme como mujer, tenía la ilusión de que lo lograría hasta que un día fue a buscarme mi casa para decirme que le había gustado una joven muy linda que había visto, esa fue la primera vez que lo ví expresarse de esa manera, fue la primera vez que lo vi emocionado por alguien y sin pensarlo empecé a odiar a esa mujer con todas mis fuerzas porque sin siquiera haber cruzado una palabra con él ya me lo había quitado, él nunca me dijo su nombre tal vez por qué no quería hacerme sentir mal porque creo que sabía que me gustaba - Ella dio un suspiro y luego volteo a verme nuevamente -Cuando trajiste el saco la otra noche supe que eras tú, supe que eras esa mujer de la que él se había enamorado, la manera en que te miró fue como si su felicidad dependiera solo con verte y anoche la manera en que él se preocupó por ti cuando te desmayaste fue como si su vida dependiera de la tuya y me di cuenta de que realmente tú eres la única mujer que puede hacerlo feliz, de que eres tú la mujer que él eligió - Estaba tan sorprendida con todo lo que me había contado que no sabía qué hacer, por una parte estaba feliz de lo que me estaba diciendo pero a la vez me sentía mal por ella

-No sé que decir - Respondí un poco apenada

-No tienes que lamentarlo porque sé que tú también sientes lo mismo por él y el único favor que te pido es que no lo hagas sufrir, él no se lo merece, es una buena persona - Como no sabía que hacer lo primero que se me ocurrió fue abrazarla

-Muchas gracias Rose - Dije alejándome de ella y haciéndole una pequeña sonrisa

-Tengo que retirarme, solo venía a entregarle su libro a Demian - Sacó de su bolso un libro y colocó sobre la mesa que había en el centro de la sala y antes de salir del departamento volteo a verme y me sonrío, cuando ella se fue se me ocurrió hacerle una cena a Demian para agradecerle sus cuidados así que llamé a Christopher para que comprará unas cosas en el súper; después de un rato fui al refrigerador a servirme un poco de agua y cuando me di la vuelta vi a Christopher parado frente a mí y di un brinco del susto