Prólogo
— ¡Hijo! — la voz de la madre de Charles se presentaba tras la puerta.
— ¡Vete de aquí! — respondió el chico, acurrucado contra el objeto de madera.
— Hijo, sólo quiero ayudarte. — los gritos fueron enviados por Amelia, su madre.
— ¡Cállate y déjame solo! — respondió el aludido con una frustración y con los mismos gritos.
— ¡Charles, por favor!
— ¡¿Qué no escuchaste?! ¡Quiero que me dejes solo! ¡Ahora!
Los sollozos de su madre cayeron en una ausencia. Estaba solo finalmente.
El llanto fue reemplazado por el del albino, que buscaba de forma desesperada una botella con un contenido rojo dentro de su desordenada habitación.
Sus oídos captaron unos apresurados pasos subiendo por la escalera de su hogar, bastante fuertes como para ser femeninos.
— ¡Charles, ábreme ahora! — la voz potente de su hermano, Zeus, lo alertó.
— ¡Déjame solo inútil!
— ¡No te atrevas a decirme eso, ábreme ahora! — Zeus golpeaba la puerta.
Con un miedo excesivo, Charles se apartó del pedazo de madera y desbloqueó el picaporte.
De forma instantánea, su hermano entró en el cuarto.
— Hijo de... — el pelinegro mordió su labio, reteniendo la palabra que estaba por decir. — suelta esa botella ahora mismo.
Charles extendió la mano en la que portaba la botella hacia su hermano mayor, temblando.
— ¿Por qué haces esto? — la voz del ojiverde comenzó a romperse. — ¿necesitas que llame otra vez a Thalia?
El menor sacudió su cabeza de un lado a otro, a la vez que de su mano se emancipaba la botella de vino, puesto que pasaba al poder de su hermano mayor.
— Charles, soy detective... Investigo y detengo a alcohólicos, y eso no me impide detenerte a ti. ¿Qué sucede si estás bebiendo en la calle y otro policía u otro detective que no sea yo, te detiene? — Zeus suspiró frustrado. — ¿Tienes idea de cómo es la justicia en Alemania?
— De-Déjame, por f-favor.
Sin oponerse, el pelinegro giró sobre su propio eje y dirigió sus pasos hacia el exterior de la habitación, cerrando la puerta tras él.
El llanto desesperado de Charles comenzó a sonar en todo su cuarto. Un potente dolor de cabeza y un pronto ardor en sus ojos se hicieron presentes.
Posterior a largas horas de desolación y lamentos, quiso ahogar sus penas en una botella de vino. Pero no pudo, debía afrontar sus errores solo a través de lágrimas.
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Hola. Si se habrán dado cuenta, esta novela tiene conexión con Señorita Muerta, que si no la han leído, deberían hacerlo porque está muy buena 🙊.
Espero que los próximos capítulos sean de su agrado.
¡Nos leemos!
~ Versátil.
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Un chico realmente malo.
RomanceCharles consumía sus penas y errores dentro de una botella de vino. Charles tenía en cuenta la falla que era debido a su orientación sexual. Todos le decían que no tuvo que haber nacido, que es un chico que está malo. Así que, enderezó sus lentes y...