Me llamo anabel, de preferencia (ani), soy de París Francia. Tengo 16 años, dos hermanos, padres divorciados.
Hay un recuerdo, como un sueño quizás en el que me encuentro todas las noches...
Un 14 de agosto de 1999, una tarde fría, saqué a pasear a Bobby mi mascota. Camine y caminé hasta que se hizo de noche, estaba frustrada, por qué tendría que pasar las vacaciones con papá?. Mis amigos están aquí mi vida está aquí, es injusto.
Pero ya saben, mamá cree que debería darle una oportunidad y darme una a mi también. Todo comenzó desde que me enfermé, el médico de la familia dijo que tenía leucemia... fue devastador, aún lo es. Sigo preguntándome ¿como es que puede pasarme a mi?. Mamá lloró mucho las últimas semanas y aunque el hecho de ir a visitar a papá no me agradaba, debía hacerlo, no quería hacerla sentir peor.
Últimamente andaba muy agotada, y ya debía empacar para emprender el viaje a Londres.
Francesca mi hermana de 6 años iría conmigo, Patrick mi hermano de 19 años se quedaría con mamá para terminar sus estudios.
Partí hacia allá, me preguntaba ¿que le diría?... hacia tanto tiempo que no hablaba con el, que no lo veía, la última vez que vi a papá fue en el funeral de la abuela Elena. Y ya pasaron 6 años.
En fin, después de un largo viaje llegué, era un lugar agradable, o al menos eso parecía. Todo era verde y botánico, a papá le gustaban los jardines. Tenía ectáreas inmensas con Petunias rojas y amarillas era tan hermoso. Estaba tan perdida en la ciudad entre shoppings y modas que me había olvidado de donde venía.
Bajé de el coche y el estaba ahí parado y de brazos cruzados, con una gran sonrisa y los ojos llorosos.
Francesca corrió hacia el, la tomo de la cintura y la abrazo dulcemente.
En ese momento sólo pensé
- quiero irme de aquí, rayos, debería estar con mis amigas en este momento.
Mamá me leyó el pensamiento y dijo:
- no quiero que te metas en problemas oíste?. Estarás bien amor.
Caminé hacia el, y sólo lo salude con un beso en la mejilla.
Y concurrió mi verano, no hablaba mucho con papá y Francesca todo el día hacia travesuras. Esa niña me sacó canas verdes.
No podía hacer mucho ya que el cáncer iba consumiendo mis energías y llenandome de un profundo dolor. Todas las noches antes de dormir un médico contratado por mis padres me inyectaba la dosis necesaria para poder descansar y calmar los dolores.
Mientras sufría un poco con las inyecciones, en mi cuarto desde el balcón podía escuchar los grillos cantar entre las plantas, el cielo parecía regalarme una cura cada vez que alzaba la mirada, tan azul, tan iluminado de estrellas, tan acompañado de esa luna tan llena.
Y pensaba, -Dios no dejes que mi familia me olvide al morir.
Quiero ver a mis padres felices cuando ya no esté, quiero ver crecer a mi hermanita, quiero abrazar a mi hermano cuando se reciba de médico. Quiero sentir el último beso de mi madre en mi frente.
El doctor decía que casi no estaría consciente los últimos días, que tendría más sueño de lo común, y que estaría demasiado débil. No estaría triste en el último momento...
Pero no le creí nada, de alguna manera se que podría sentir todo lo que pasará al mi alrededor aunque mi cuerpo estuviese dormido.
Luego de colocarme la dosis se fue, aproveché para sentarme en el sofá de mi balcón y contar las estrellas hasta perderme en la inmensidad de cada una de ellas.
Y todas las mañas desayunábamos juntos, y escuchábamos a papá contar los locos sueños que tiene durante la noche, y reía, como si todo lo que estuviese pasando fuese una gran mentira. Pero no funcionaba, sabía que esto le dolía más de lo que me dolían a mi las diálisis dos veces a la semana. Pero aún así trataba, como podía de demostrarme lo mucho que me amaba, a mi y mis hermanos.
Luego de desayunar, me sentaba bajo un eucalipto a leer la historia de amor más trágica: Romeo y Julieta.
Era hermoso como el cálido viento de verano acariciaba mi alma, y las florcitas que se movían como si estuviesen bailando un bals.
Saben? He estado gran parte de mi vida concentrada en lo que no tenía en las cosas que me faltaban, y no me daba cuenta de lo afortunada que era. De que tenía todo lo que necesitaba, tenía amor, tenía sueños, tenia metas, tenía un futuro... que ahora no lo tengo más. Daría todo por volver atrás y disfrutar de las pequeñas cosas, de ver reir a mis hermanos, de cantarles un felis cumple años, escuchar a mi maere regañarme o decirme que me ama. De los abrazos de papá y el tiempo que perdimos con el rencor.
Todo lo tuve no lo aproveché, todo un mundo para mi... hasta que me enfermé. Vi caerse me castillo en pedazos y no podía hacer nada... ¿Y ahora que soy,? Una paciente terminal que sigue luchando, y despertando todas las mañanas con la esperanza de que el cancer se detenga.
Quiero vivir, quiero ser como todas las chicas, estudiar, hacer el deporte que me gusta, bailar toda la noche en la playa hasta que los pies me duelan pero de tanto bailar, no de tanto debilitarme. Quiero enamorarme y ser feliz, quiero tener muchos hijos, quiero vivir.
Hoy es sabado 19 de septiembre. Y como ven tenía razón, mi doctor se equívoco, me internaron anoche por convulsiones y sangrados.
Estoy en coma... dormida. Pero puedo ver a todos puedo escuchar a todos puedo sentir a todos aquí.
Tengo que partir, necesito vivir, aún que sea del otro lado, no quiero que mi familia piensen que estoy muerta, solo me voy de viaje, a un mejor lugar, A allá donde pueden curar mi cáncer. Todos irán en algún momento, se que los volveré a ver. Familia... los amo, no me despido porque esto no es un adiós, mamá sentí tu beso en la madrugada, papá el tiempo perdido lo recuperamos este verano, los amo.
Francesca no voy a asustarte cuando duermas chiquitina lo prometo, se una niña bueno no hagas que mamá reniegue. Patrick fuiste mi hermano mayor y me protegiste siempre del mundo ahora yo te protegere de el.
-Me iré en la calida brisa del verano... -estaré en las baladas de las flores de -papá en la primavera.
-brillare para ustedes todas las noches con las estrellas
- iluminarė sus caminos con mi amiga la luna,
Viviré en las pequeñas cosas que aveces un despistado no ah de ver...ahí estaré siempre viva.
