♠Niebla nocturna♠ [SorMik]

Lo que no necesita decirse con palabras

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Advertencia: Contenido lemon (no tan explicito según yo), amm... creo que si eres menor de 18 no deberías estar aquí pero :v, es SorMik, y SorMik es vida, es lof~(? 

Cabe aclarar, que es el primer lemon que hago en toda mi vida, por lo que acepto sugerencias T-T. Sin más, a leer.

>>Si no toleras el género te pido de la forma más razonable y amable que te retires, pues nadie te obliga a permanecer aquí.<<

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La espuma ligera que cubría el paisaje de la noche decoraba el camino que se delimitaba por una ligera línea marrón del suelo. Sorey Y Mikleo andaban a pasos ligeros hallando el camino de regreso a Ladylake. El fulgor lunar apenas era visible entre las altas copas del bosque vistiendo de manchas de luz sus cuerpos.

No había remedio. Se habían perdido. Su gran sentido de orientación se encontraba ligeramente afectado por el sueño que los estaba derrumbando.

— Juraría que esta era la ruta de regreso. Era por el bosque y después...

Sorey inició a murmurar para sí mismo tratando de dibujar en su mente el camino trazado en su mapa imaginario. No tardó demasiado hasta que la luz de una ciudad se hizo presente para sus ojos.

Era Marlind.

— Sorey, deberíamos detenernos. Podremos llegar a Ladylake mañana, sin embargo debes parar ahora.

— Pero, estamos más cerca, los demás nos esperan en la posada y si seguimos el camino...

Mikleo se interpuso en el camino de Sorey, encarándolo. Ya habían transcurrido varios días desde la última vez que conciliaron el sueño y podía notarse claramente, que las pupilas de Sorey albergaban un profundo cansancio. Mikleo no le permitiría avanzar esta vez.

— Nada de peros, estás agotado y debes darle descanso a tu cuerpo y mente. No quiero tener que estar arrastrándote en alguna parte del camino.

Sorey no dijo más. Resignado a cederle la razón por esa vez a Mikleo, desviaron su camino a una posada de Marlind.

Hace a tan solo unos días, el grupo decidió separarse con la finalidad de cubrir un espacio mayor y darle un vistazo final a las ciudades de alrededor. Hallaron sólo pequeños infernales y nada más. Toda iba bien...

Tenía que estarlo.

La batalla que marcaría un punto clave en la historia de todos sus compañeros sería en ese día. Y Mikleo no quiso separarse para nada de Sorey por los últimos instantes.

La libertad de prescindir de ciertos caprichos sin evocarlos con el grado más leve de rencor... era una sensación única y especial que Sorey era capaz de provocarle a Mikleo. Porque era él. Y más que años visualizando sus facetas, ambos podían develarse mil y un secretos con sólo viajar al cofre de las memorias de sus mentes.

Y eso era único para ambos.

Precisamente por eso, Mikleo pudo ver que pasados los minutos de echarse sobre la cama, Sorey no pestañeaba con la intención de descansar.

— Mikleo, ¿qué harás durante este tiempo?

Y como cristal golpeándose contra una parte de la muralla a su alrededor, Mikleo sintió claramente como una parte de él se contrajo con fuerza al punto de generarle una punzada de inquietud en el pecho. ¿Qué si qué haría todo ese tiempo?, ¿acaso no estaba claro? Continuar el sendero que ambos se trazaron desde que formaron el pacto. Ayudar a Rose a cada instante que fuera necesario. Eso el mismo Sorey ya lo sabía, ¿por qué molestarse en repetir lo mismo?